DE MI LIBRO: TRANSEÚNTE DE OTOÑO
No habrá murallas que puedan ocultarte ni cárceles
ni guerras de lenguas mordaces.
Nadie inmolará nunca tu presencia de musa viviente
no habrá historia, por deformada que naciera
que pueda ignorar tu solsticio insuperable
Margarita Kurt.
1
Trenzan el alma a mi piel
los juegos de otoño
es la vida, es tu sombra,
es el tiempo disgregado que se fuga.
Todo se vuelve principio
mi cuerpo necesita tus manos
para hacerse un nombre
que lo ate a este mundo.
Sin embargo, hoy
tenía gusto a olvido tu boca
Más, es tu sencillez
el llamado de sus días
que atraviesa mi sangre
en secretas lluvias
Es la vida, tu sombra, son los juegos, el otoño.
2
Todas las consideraciones
fueron hechas antes de pensar en ti,
si no fuera así
no estaríamos enlazados
entre lo infinitamente pequeño y el cosmos,
amalgamados
apenas posible de distinguir entre los átomos
… físicamente individuales,
penetradores de su destino,
bebedores clandestinos de sueños inútiles
De muchos días forasteros
arraigados en geografías subterráneas.
3
Crecimos como todas las cosas sumergidas
entre este mundo acabado
y el silencio que reposa
en la palabra oculta
ha extinguido tu voz
permanecí en vela ocultando el cansancio
…. ¿le habrán visto...?
y ante que me lleves definitivamente el destierro
se vienen otros otoños.
oigo otras preguntas, persiguiéndome,
probando la memoria
y sin pensar las paredes
sugieren odiseas,
añaden sabores a mi hambrienta fatiga
de desandar siglos,
soñando enumeraciones geográficas.
¿Quién mato a mi ángel...?
quien robó sus días...?
a qué precio desaparecerá la bolsa de Rayén
sobre las aguas del Lanalhue
4
Siempre que vuelves
llegas hilvanando las noches
y descuelga las sonrisas.
Al abrigo de la oscuridad tu aroma
se trenza a mi cuerpo
mordiendo cada despertar.
Siempre que vuelves
alzas los ojos fijándome
en las circunstancias
es tu desnudez madura
la que libera los encuentros
y es en el sosiego de la luna
que tropiezo con tu sombra,
más sé que sola he fabricado
el alar a mis nostalgias.
Anoche invente un juego nuevo,
asombrada le amamante
pero no entendiste sus vocablos.
5
Como lo he percibido,
como lo he imaginado
desde este lado de la ribera
las recientes nubes no saben,
no conocieron la melodía de sus pasos.
Le perdí en la noche negra
antes de conseguir la gracia
(eran obras no caminadas).
Me despido de la mañana
porque está lejos.
Aceptó la soledad,
sin embargo
quiero el amor de Arauco
quiero su sangre regada en Macul.
Y las voces de siempre
vienen a socorrer viejas canciones
por qué ni cerrando cortinas,
ni porque las gaviotas vuelan, viene
quizás exista siempre,
no vendrá a este huerto
donde aún renace su sembradío.
6
Ayer cuando una vez más
sepultaba su memorial
escuché murmullos
descubrí que ellos se asombraban
de mi viejo diario inédito.
Aún tengo pies ligeros
audaz compañera,
sigo el sendero que tracé desde el principio
y cada vez que me falto,
brota la oración.
Lo he visto en mil máscaras.
Le he gritado a las soledades,
que huyan
que dejen de regar mi plantío,
ayer creí olvidar su dialecto
cuando el viento cantaba entre las hojas,
ahora que sé que no hay posibilidad de olvido,
iré donde existan melodías marinas,
(estas colinas, estas llanuras son áridas).
7
Siempre que te alejas
renuevas el pacto de mayo.
Las preguntas se curvan
atándome a senderos de horas intransitadas.
Ya ni sabes quién hundió el corvo
quien quitó los atavíos de ayer…
le reconozco y me gusta
Más asumo el riesgo de perderle,
porque desde el inicio
su boca tenía sabores de olvido
caminaré junto a tu sendero
no sé hasta cuándo,
me quitaré el disfraz
y saludaré al amanecer
Desde que la primera aurora cenicienta
despierta mis ansiedades
una brizna de otoño
espanta los tiempos quietos.
Siempre argumentando conmigo,
está el fruto de su árbol.
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