DE MI LIBRO: RASGUEO EN EL DIAPASON
(leyendo a la Violeta Parra)
-1-
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
en conversación con las horas
declaraste una tarde,
y el amor te sonreía
hablaste de cielos, de estrellas,
del blanco y negro
de grillos, de soles, de pájaros
Y en el alfabeto de febrero
bajo la carpa que cobijó
el amor y la tristeza
tus ojos se hundieron
en la oscuridad suprema
para entonces
los luceros no estaban en tu savia
El amor que era tu fondeadero
había desaparecido en el norte
tus pies cansados de la lucha diaria
se hicieron caminos hacia el azul.
Y en un acto de desesperanza
quizás de mucho amor
nos dejaste
y te fuiste más allá del sol.
.
-2-
Contigo aprendí que los diecisiete
eran importantes
que volver a ellos era necesario
yo hurgué en los míos
y encontré las avenidas cerradas
volví después de lo vivido
después de cuarenta años lo mismo
aunque estoy más al corriente
no he logrado descifrar
los enigmas del amor
y la sonrisa.
He ido enredando sueños
todo ha quedado más frágil
y no he podido ser como el niño
que feliz está en los brazos divinos.
No sé si mi paso ha avanzado
pero igual siento que la vida continúa
si en sus senderos estoy o no
ya todo ha crecido, arrastro cadenas
se han adherido a mis huesos
todo está destruido ya no hay alianzas
Mis venas se han adherido
a la paz de mi pueblo
se han ido secando
porque los sueños no avanzan
casi no quedan diamantes finos
la hipocresía se ha hecho parte de los días.
Todo cambia lo que se escribe con la mano
se borra con el codo
y nos va alejando de los sueños azules
lo aprendido cambia
todavía hay prisioneros
entre esta cordillera y el ancho mar.
3-
Este arroyo que corre
y refleja las estrellas
se ha hecho maldito
en este suelo tuyo Violeta
los ríos cada vez son más angostos
las aguas menos chilenas
Los estatutos rigen
para unos pocos
tu canto sigue enseñando esperanzas
la melodía en casa de todos suena
y tu gracias a la vida es nuestro himno
Los sentimientos cabalgan
en las noches tormentosas
sin sabia madura
solo con el crepitar del fuego en los leños
el hombre canta su desapego
en este frio tiempo de un nuevo milenio
Ya no son las montañas ni la cordillera
ni los ángeles,
ni los huekufos
es el hombre que corre
sin freno por esta tierra nuestra.
La primavera llega tarde,
el invierno quiere estar
con su frío de siempre
y en la casa del otoño
juegan las manos de los niños.
No maldigas poeta
la bandera aún no ha sido arriaba
y como decía Manuel Rodríguez
“Aún tenemos Patria ciudadanos”
-4-
La soledad la ocultaremos
debajo de las piedras.
No importa si las nubes guarden
al astro del amanecer.
Estoy dispuesta a esperar contigo
a que pasen las últimas lluvias.
Podríamos comprar
lo mejor que el mundo ofrezca.
Aún quedan en la arena
las huellas de los asomados
que bailaron en la costa.
El aire vuelve a la montaña.
como el soñar desata lazos
escribo para ti.
lo hago oficio cotidiano.
-5-
En los cerros la noche es oscura
me dices y amenaza la eternidad.
entonces inicio el camino de regreso.
las mariposas se embriagan
con la luz de los faroles.
El silencio retorna a su escondite.
Junto al fuego duerme el recuerdo
de una bandada de gaviotas
apenas podría hoy soñar con una estrella,
vaporizarse entre los dedos,
donde los pájaros van
a nacer con los ojos cerrados.
Para todos tiene el silencio un gesto
un vocablo
unos ojos abriéndose en otro tiempo.
para arrebatar al vacío, lo que por derecho
pertenece a la memoria.
-6-
Anoche soñé que en los senderos
los árboles se desnudaban
mirando sin atavío el castañear de mí paso
Soñé que hasta los búhos ensayaban un trino
Y que al fondo del río
la luna me ofrecía un abrazo.
Rubias eran las hojas y el viento revoltoso
en los montes presagiaba soledades
Y a la luz de la luz
y al olor de los nardos
cantaban sus romances los grillos
y las piedras.
El amor como otoñada aún
asoleaba mis hombros
y la edad besaba la miel de los recuerdos
desperté como un monte de escombros
en mis sienes se grababa la realidad
-7-
Mientras te despierto en una canción
veo aún la pena de Arauco
te miro hermana
fue una crueldad la sombra
que jugueteo en las pupilas
fue un viento
un insulto de frío
el que anidó
en la ensenada de manos tranquilas.
Hermana mía
cuando el alba despierte
de frente con la vida que termina
comenzará otro sueño
de tibiezas y desencantos
agobiará los pies bajo el áspero leño
en silencio se apiadan las oquedades
...... la muerte.
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