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Lidia Mansilla Valenzuela

DE MI LIBRO: RASGUEO EN EL DIAPASON

(leyendo a la Violeta Parra)


-1-


Gracias a la vida que me ha dado tanto.

en conversación con las horas

declaraste una tarde,

y el amor te sonreía

hablaste de cielos, de estrellas,

del blanco y negro

de grillos, de soles, de pájaros


Y en el alfabeto de febrero

bajo la carpa que cobijó

el amor y la tristeza

tus ojos se hundieron

en la oscuridad suprema

para entonces

los luceros no estaban en tu savia


El amor que era tu fondeadero

había desaparecido en el norte

tus pies cansados de la lucha diaria

se hicieron caminos hacia el azul.


Y en un acto de desesperanza

quizás de mucho amor

nos dejaste

y te fuiste más allá del sol.

.

-2-


Contigo aprendí que los diecisiete

eran importantes

que volver a ellos era necesario

yo hurgué en los míos

y encontré las avenidas cerradas

volví después de lo vivido

después de cuarenta años lo mismo

aunque estoy más al corriente

no he logrado descifrar

los enigmas del amor

y la sonrisa.


He ido enredando sueños

todo ha quedado más frágil

y no he podido ser como el niño

que feliz está en los brazos divinos.


No sé si mi paso ha avanzado

pero igual siento que la vida continúa

si en sus senderos estoy o no

ya todo ha crecido, arrastro cadenas

se han adherido a mis huesos

todo está destruido ya no hay alianzas


Mis venas se han adherido

a la paz de mi pueblo

se han ido secando

porque los sueños no avanzan

casi no quedan diamantes finos

la hipocresía se ha hecho parte de los días.


Todo cambia lo que se escribe con la mano

se borra con el codo

y nos va alejando de los sueños azules

lo aprendido cambia

todavía hay prisioneros

entre esta cordillera y el ancho mar.


3-


Este arroyo que corre

y refleja las estrellas

se ha hecho maldito

en este suelo tuyo Violeta

los ríos cada vez son más angostos

las aguas menos chilenas


Los estatutos rigen

para unos pocos

tu canto sigue enseñando esperanzas

la melodía en casa de todos suena

y tu gracias a la vida es nuestro himno


Los sentimientos cabalgan

en las noches tormentosas

sin sabia madura

solo con el crepitar del fuego en los leños

el hombre canta su desapego

en este frio tiempo de un nuevo milenio


Ya no son las montañas ni la cordillera

ni los ángeles,

ni los huekufos

es el hombre que corre

sin freno por esta tierra nuestra.


La primavera llega tarde,

el invierno quiere estar

con su frío de siempre

y en la casa del otoño

juegan las manos de los niños.


No maldigas poeta

la bandera aún no ha sido arriaba

y como decía Manuel Rodríguez

“Aún tenemos Patria ciudadanos”


-4-


La soledad la ocultaremos

debajo de las piedras.

No importa si las nubes guarden

al astro del amanecer.


Estoy dispuesta a esperar contigo

a que pasen las últimas lluvias.

Podríamos comprar

lo mejor que el mundo ofrezca.


Aún quedan en la arena

las huellas de los asomados

que bailaron en la costa.


El aire vuelve a la montaña.

como el soñar desata lazos

escribo para ti.

lo hago oficio cotidiano.



-5-


En los cerros la noche es oscura

me dices y amenaza la eternidad.

entonces inicio el camino de regreso.

las mariposas se embriagan

con la luz de los faroles.


El silencio retorna a su escondite.


Junto al fuego duerme el recuerdo

de una bandada de gaviotas

apenas podría hoy soñar con una estrella,

vaporizarse entre los dedos,

donde los pájaros van

a nacer con los ojos cerrados.


Para todos tiene el silencio un gesto

un vocablo

unos ojos abriéndose en otro tiempo.

para arrebatar al vacío, lo que por derecho

pertenece a la memoria.



-6-


Anoche soñé que en los senderos

los árboles se desnudaban

mirando sin atavío el castañear de mí paso

Soñé que hasta los búhos ensayaban un trino

Y que al fondo del río

la luna me ofrecía un abrazo.


Rubias eran las hojas y el viento revoltoso

en los montes presagiaba soledades

Y a la luz de la luz

y al olor de los nardos

cantaban sus romances los grillos

y las piedras.


El amor como otoñada aún

asoleaba mis hombros

y la edad besaba la miel de los recuerdos

desperté como un monte de escombros

en mis sienes se grababa la realidad



-7-


Mientras te despierto en una canción

veo aún la pena de Arauco

te miro hermana

fue una crueldad la sombra

que jugueteo en las pupilas

fue un viento

un insulto de frío

el que anidó


en la ensenada de manos tranquilas.


Hermana mía

cuando el alba despierte

de frente con la vida que termina

comenzará otro sueño

de tibiezas y desencantos

agobiará los pies bajo el áspero leño

en silencio se apiadan las oquedades

...... la muerte.






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