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Marcos Cabal Q.E.P.D.

  • Foto del escritor: entre parentesis
    entre parentesis
  • 29 jun
  • 3 Min. de lectura

Su  nombre civil es Nibaldo Sepúlveda Zúñiga. Inicio estudios de ingeniería de Ejecución Mecánica en la Universidad Técnica del Estado. Ha trabajado en el Centro de Capacitación Forestal de Conaf y como profesor ayudante en la asignatura de Dibujo de Ingeniería.

Ha hecho dibujo publicitario y se ha desempeñado como Editor-Director de publicaciones de la Editorial Letra Nueva. Creador de la colección de Cuadernos de Movilización Literaria y co-autor de la Primera Feria Latinoamericana del libro, Fell 91.

Como poeta, ha sido antologado en varias muestras de poesía. Ha participado en encuentros de escritores, dirigido talleres literarios y obtenidos premios y menciones honrosas en Concepción y Santiago. El poeta Omar Lara en el prólogo a La Casa Sola destaca en Cabal “la sostenida búsqueda del rigor en el decir, un fervor y una adhesión inquebrantable por su oficio”.

Ha sido incluido en la breves antologías “Ojos de Luna”, Talcahuano 1993 y “Alto Horno”, Talcahuano, 1994 y también en Los lugares y las nubes, Antología de poetas de la Región del Biobío, de Matías Cardal, Concepción, 1994. En el Diccionario de Escritores regionales. Antologías y revistas del taller literario MANO DE OBRA. Del cual por muchos años fuera su Director

Obras: La casa sola, 1984, Krematorium, 1986, Azúcar de Calendarios, 1985, el Calvario de Sat, 1991, Cuentos humanos y de perros 2000,  Instinto Sabueso. Palabras y Desordenes.

 

Del libro: EJERCICIOS DE ORIGEN DUDOSO


ALGO SOBRE VOCABULARIO Y LOS VERSOS


La poesía está en la calle

Habita sumida en lo más profundo

De las respiraciones, de lo vivo,

Y en el empuje incondicional de las palabras


No puede haber un lugar más óptimo

Con tantos matices;

En el que lo hermosos se transforma en feo y

Lo feo en increíble.

Es una convivencia hecha a gritos, sorpresiva.


La poesía es un hombre rebelde

Con un puño en alto y una guitarra negra;

Una mujer amamantando un hijo en la vereda

La poesía somos tú y yo

Dos muertos con una vida muy especial

Persiguiendo una fiebre suelta.


La poesía está en la calle

Y cada cual recoge lo que quiere.

La calle es de todos los transeúntes desnudos

La calle es depositaria de mis inventos

De mis vestidos y ruidos, y de mil improvisaciones.

¡¡La poesía está allí... atrévete a tomarla!!


NEGACIONES


En esta pieza amoblada de mentiras

Está prohibido hablar del amor


En esta pieza silenciosa nadie duerme

Está prohibido hablar del amor


En este baño ruidoso y solícito

Está prohibido hablar del amor


En este hogar de viejos y niños

Está prohibido hablar del amor


Somos negociantes de todo

Está prohibido hablar del amor


Nuestras vidas en vez de corazón y ojos

Tienen monedas y billetes y cheques

Compromisos y letras

Está prohibido hablar del amor

Somos negociantes de todo

Nuestra casa es un hotel y/o residencial

Está el que aparatosamente

financia los gastos la verdad

y el que atiende a los clientes.

Está prohibido hablar del amor


PATRIA


La sirvienta del sur,

Mal trajeada y de ascendencia mapuche

Agresiva e insolente

Ha quedado oscuras

Su sol anda errante

Harapiento y mendigo

Por esta larga vieja

Que se estira hacia el sur

Y se encoje hacia el norte.


Ella guarda silencio

Se sabe engañada por el más vil asesino

Se muere de hambre

Quiebra su patrón

Cierran las minas del carbón y otras.

Desaparecen las personas por arte de magia

Bajan las cortinas de la muerte pueblos enteros

Ella guarda silencio

Una olla común le embetuna los dientes


Ella guarda silencio

Es la sirvienta del sur

Anduvo por penco y nadie vive.

Por Tomé y nadie vive

Por Lirquén y nadie vive

Por Chiguayante y nadie vive

Por Talcahuano y Laja, incertidumbre.

Ella guarda silencio

Se sabe engañada por el más vil asesino.


MEDIAGUA


Por las noches

lo que no he tenido en el día

pareciera que de golpe

se asoma

en rápida avalancha y entonces

me empieza a faltar un brazo

a sobrar un ojo y

las piernas las hallo inútiles


Los muebles de mi casa

son los juguetes de mis hijos

multiplican las puertas,

las cariadas bisagras eructan y

se suman

cada vez que se atoran


Por las noches

medito y nada de lo que he hecho

me arrepiento.

Un marino siempre ve su barco en alta mar

Proa al frente... siempre en alta mar.




 
 
 

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