Rene Briones Sandoval
- entre parentesis
- 29 jun
- 3 Min. de lectura
Nace el 19 de junio de 1958 en el campamento minero Pilpilco de la comuna de Los Álamos. Artista auto didáctico dibujo, pintura, escultura, entre otros, a dedicado su vida como monitor de arte. Es uno de los socios fundadores de la agrupación de escritores Sol Naciente, a la cual dirigió por un periodo de 19 años.

HACIA EL CASTILLO DE LA MUERTE
La anoréxica luna de esa noche tempestuosa
se ocultó de pronto,
La siniestra hoja de un inesperado rayo fugaz
Caló profundo nuestros pechos corpóreos
Entonces el amor que iba caminando junto a nosotros,
Se fue muriendo poco a poco,
Sangraban nuestro pis escribiendo huellas
Que nos dirigían en secreto acuerdo
Hacia el castillo de la muerte.
Íbamos mal diciendo versos
De un triste poema despojado de ternura.
Velados nuestros ojos por el llanto
Y sumidos en un horizonte
Volvimos nuestras miradas
Auscultando nuestras almas sin premura
Buscando tal vez en la interrogante,
Que hay más allá
De este océano colmado de amarguras
COMO UN SINO
Como un sino del destino,
No estabas aquí, y como no estabas
Abrace la almohada y de alguna manera
La almohada también me abrazaba,
Entonces besé la almohada,
Ella respondió mis besos
Y sus besos tenían el sabor de tus labios
Esto me espantó y alejé de mí, la almohada
A la distancia la observé
Y comprobé que era solo una almohada
Sin brazos, sin labios, pero tenía tu perfume
Aunque nunca has estado aquí
Reflexiono sobre este preludio destino y
En este acto perturbado me doy cuenta
Que en mi está el calor de tus brazos,
El sabor de tus labios y
De alguna manera vives en mis cosas,
Vives dentro de mí, en todos mis sentidos.
En mis noches de insomne te veo, te pienso y
Tu perfume levita desde la nada.
De algún modo bajas con la brisa.
Desde la distancia trasciendes inundando mi todo.
MALDICIONES
Maldigo el desamor con sus traiciones y desazón,
Maldigo las noches frías sin lunas,
Los días ausentes de sol,
Envidio las aves nocturnas,
Las bestias que transitan en la oscuridad
Llegando la muerte en sus garras con sangre fría,
Hijos de Ha des, ángeles del mal y la desolación.
Maldigo a los espíritus tristes
Que vagan entre tinieblas ausentes de voz.
Los demonios que bailan sobre las llamas sembrando el terror,
Serpientes que se arrastran en la espesura de la envidia y la traición.
Fango de podredumbre, amos del mal hedor.
Maldigo el Dios de los vivos, al verdadero,
A los que se follan las almas puras y piden perdón.
Maldigo el arroyo cristalino sin su basura, ni perros muertos,
Los calmos que dicen nada,
Sin aguas verdes
Como aquellos lagos profundos, siniestros con sus cuentos de terror.
Maldigo las nueve blancas, a la nociva casta y pura,
Que ora, que reza y reprende a todos los demonios de los infiernos
Sin comprender que ellos también habitan en las iglesias ,
En los hospitales, en todas partes,
Se ocultan entre oscuros claustros,
Se disfrazan con sotana, con blancos delantales,
Se visten de terno y corbata.
Roban, violan, se burlan de la justicia,
Envenenan a nuestros jóvenes con diversas drogas,
Ofrecen fentanilo por redes sociales, visitan moteles, trafican infantes,
Se mueven en trata de blancas para el mejor postor.
El mundo se acaba señores y nosotros los de atrás del muro,
Nos callamos, nos hundimos en este fango de mierda
Sin comprenderla razón.
Mejor me pongo la venda en los ojos,
En pongo de pie, abro la puerta sin meter ruido,
Me monto en el macho, agacho la cabeza, pido permiso y
En silencio me voy.
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