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ENRIQUE FERNANDO MUÑOZ VEGA

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  • hace 4 días
  • 7 Min. de lectura

Enrique Fernando Muñoz Vega. Académico, poeta y escritor con más de veinte publicaciones en Chile y el extranjero. Vive en la comuna de Concón, V Región de Valparaíso. Se identifica con el seudónimo de Fernando Vegamuz. Profesional con siete títulos universitarios en el área de la educación y convivencia escolar. Profesor de Religión y Teología; Profesor de Educación General Básica; Licenciado en Ciencias de la Educación; Orientador y consejero vocacional; Magíster en Currículo y Evaluación; Magíster en Gestión Escolar y Políticas Educativas; Diplomado en Gestión de Resolución de Conflictos y Mediación. Participante, relator y colaborador del Centro Gerópolis de la Universidad de Valparaíso. Actualmente, cursa un Máster Universitario en Escritura Creativa en UNIR, España.

Ha ganado concursos comunales en las categorías de poesía y cuento en algunas comunas de la Región Metropolitana de Chile. Y otros galardones en el extranjero. Ha visitado ferias de internacionales de libros tales como Guadalajara (México), Buenos Aires (Argentina) Medellín (Colombia) Viña del Mar, Santiago, La Serena (Chile) Dicta conferencias sobre la Reforma de la educación chilena en México, Cuba y Chile.

Es socio activo de las siguientes agrupaciones literarias: Círculo de Escritores de la V Región. PEN Chile. Sociedad de Escritores de Chile, filial Valparaíso. Grupo de Poesía 3:21.

Ultimas publicaciones del autor:

“Amada Mujer canto a tu esencia”. Poemario. Editado por ALBA Ediciones. Valparaíso. 2025.

“No me digas adiós”. Poesía del Sarcófago. Editado por Editorial Calle Sin Número, Valparaíso. 2024.

Antología Universal. Bajo un mismo Universo. Poesía. Relatos. Ficción. Edición E-Book, Asesoría Digital para Autores. Comunidad Literaria Internacional. Santiago de Chile. 2023.

“La Libertad” Poesía. Ediciones LITÉFILOS. Asociados a AMAZON. Colombia. 2023.

“Diario Íntimo de Chile”. Letras Mayores en Tiempos de Pandemia. Narrativa. Relatos publicados. Universidad de Valparaíso. Centro Gerópolis. Santiago de Chile. 2023.


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ES BUENO…

Es bueno haber nacido en la mañana

con olor a hierba mojada

y pinturas de cielo húmedo

bajo pupilas del rocío

asperjando nubes inquietas

en lo alto de la ventana.

La noche soplaba estrellas furtivas

que mis sueños esquivos no atrapaban.

Decidí mudar heridas ocultas

hacia la escarcha del jardín

que tiritaba de miedos ocultos.

Abrí los ojos muchas veces

para mirar una y otra vez

la respiración rutinaria de las gaviotas.

Mi asombro despertó.

Dormía caminando

por la orilla onírica del destino

que jamás revela su verdadero ser.

La naturaleza se inclinaba ante mi

como una coronación de belleza

que alertó la plenitud de la vida.

Pensé. No tengo memoria

cuando borran de golpe

las angustias más íntimas.

Tampoco ideas nuevas

para enmendar errores del pasado.

Tampoco rastros de piedad

que reflejan oraciones rutinarias.

Sí pensé en la trascendencia

de una gota de lluvia

en el desierto de tantos ideales muertos.


Me di cuenta de que la tragedia de amar

lo imposible es posible

y que un ápice de bondad

hace cambiar de rumbo

lo irremediable e inaccesible.

Es bueno haber nacido en la mañana

y agradecer el aire novedoso de un nuevo día

que regala insospechadas fantasías

y pensamientos cultivados sin anestesia

o ataduras de sensibilidad cósmica

diseminadas sobre tu alma despierta.


HE APRENDIDO…


He aprendido a orar en silencio.

Sumergido en la nada y de rodillas.

Bebiendo savia, elixir de reposo.

Una pizca de amor.

Atrayendo hacia mí un cielo que no me pertenece.


He aprendido a susurrar melodías dulces,

brisas veleidosas, pequeñas voces

soplando el polvo de tristezas absurdas.


He aprendido a escuchar estupideces

sabias y con sentido.

Razones inútiles, pensamientos etéreos,

talentos efímeros.

Un circuito de agua refrescando

la pasión del fuego.

He aprendido tu nombre

en la memoria de pájaros errantes.

En la arena de una playa Imaginaria,

en un envase de cambio climático

en el abrigo de una casa fría

en la verdad que duele

en la sabiduría del amor olvidado

sobre la mesa de los más inocentes.


He aprendido a callar el dolor silente…

Ha remendar la altura del ego

que cae estrepitoso.

Ha entender la humildad de una planta abandonada.

Y caminar con un bastón de inválidos sensibles.


He aprendido que el aprender

ese relato interior del día y la noche

es tanto tuyo como mío

y que jamás hablará entre nosotros

de tan sólo simples despedidas.


Mujer, amar es tu verbo predilecto.

En lo secreto e íntimo de tu ser femenino.

Te escondes en el útero ungido

de agua bendita,

crepúsculo de vida,

amanecer del llanto de un niño.


Mujer, limpia la hojarasca invisible

de tantas renuncias dolorosas

de tantos ríos desbordados de impunidad.


Mujer.

Madre, amiga, hermana,

compañera de ruta,

ángel de cielo iluminado.

Estás delante de un nuevo milenio.

En el umbral de una cultura compleja

y desafiante para entender

delante de tus nobles ideales

la esencia de toda humana dignidad.


LA POESÍA SELLO DE HUMANIDAD Y SANA ENERGÍA PARA EL ALMA.


Cuántos seres humanos inspirados escriben poesía.

En una piedra lejana.

En un papel mojado de lágrimas.

En un instante de vacío existencial.

La historia de la literatura universal nos ha legado una vasta lista de grandes poetas.


Desde tiempos inmemoriales, cuando Roma se alzaba como un imperio gobernado por emperadores tiránicos y gran parte de Europa permanecía sometida bajo el yugo de deidades veneradas con fuego e incienso, la poesía se erigía como un bálsamo capaz de apaciguar el ímpetu de poder y la efímera gloria que dominaban a los ciudadanos romanos.


Es posible que en aquel entonces ignoraran las formas de espiritualidad tal como las comprendemos hoy. La influencia de Grecia y sus filósofos, poetas del Romanticismo, aquellos vates de corriente Modernista y Vanguardista, son un patrimonio histórico invaluable en lo que respecta a lo que entendemos por Poiesis(1)


Nombres como Virgilio, Horacio y Quintiliano, entre otros, ejemplifican una poética que busca interpretar y reflejar el sentido de la humanidad. En medio del poder, la violencia y la ambición de distintos monarcas, especialmente en el Viejo Continente, que se consumían por sus delirios de grandeza y ansias de conquista, estos connotados poetas y muchos otros ofrecían una perspectiva de misticismo y humanización que trascendía los límites de su tiempo.


No obstante, han transcurrido siglos desde aquellas épocas marcadas por una cultura compleja de guerra y poder absolutista. Sin embargo, ese carácter belicoso no ha logrado impedir que la poesía sobreviva, resurja y despliegue sus bondades. Más allá de ser únicamente un vehículo para expresar nobles sentimientos o simples descripciones de tiempos pasados o futuros, la poesíase manifiesta también como una corriente vital que, en la actualidad, es impulsada por una masa crítica privilegiada. A través del mundo virtual, estas personas promueven pensamientos y narrativas personales que, aunque a veces surgen desde la intimidad de cuatro paredes, logran resonar y encontrar eco en un público cada vez más diverso.


En la actualidad, el avance vertiginoso de la tecnología y el auge de la inteligencia artificial nos encaminan hacia una sociedad virtual, cuyos matices reflejan valores humanos que aún no han logrado superar el individualismo, el narcisismo y la competencia, así como la búsqueda constante de logros inmediatos, tanto personales  como colectivos, que caracterizan la cultura del siglo XXI. Desde la década de los noventa, vivimos en una era dominada por nativos digitales, y la poesía, lejos de desaparecer ante la interconectividad acelerada, no se ha visto relegada a los márgenes de las redes sociales.


Por el contrario, al analizar diversas regiones de América Latina, encontramos miles de poetas que se expresan utilizando lenguajes cautivadores, imágenes creativas y emociones profundamente íntimas. Cada día surgen cientos de nuevas publicaciones, y es habitual descubrir poemarios provenientes de países como España, México, Colombia, Argentina o Chile. En estos lugares, pequeñas editoriales han asumido la misión de publicar poesía, desafiando la creencia de la industria literaria tradicional que considera este género como uno que "no vende".


En el análisis anterior, descubrimos que, a través de sitios web, canales de YouTube y grupos de WhatsApp, emergen poetas que declaman bajo el amplio cielo de toda América Latina.


Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué la poesía no se difunde más ampliamente y no se convierte en un hábito para lectores alejados de los libros? ¿Por qué aún no logra un alcance significativo entre los ciudadanos? ¿Por qué su lectura sigue siendo rara entre los estudiantes más jóvenes? ¿Por qué los fondos estatales concursables para literatura benefician solo a unos pocos autores? Estas interrogantes abren la puerta a una propuesta con raíces profundas que permanece, en gran medida, desconocida.


La poesía, además, desempeña un papel esencial en el desarrollo de la inteligencia emocional y establece conexiones profundas con los avances en neurociencia. Se ha demostrado que tiene un efecto sanador y terapéutico, expandiendo las emociones y fortaleciendo el vínculo entre lo cognitivo y las experiencias de paz y bienestar, contribuyendo así a una salud mental más equilibrada.


El Cerebro Poético


Enrique Canchola Martínez argumenta que la poesía ejerce un profundo efecto en el cerebro humano, activando áreas vinculadas a la creatividad, la memoria y las emociones. Sus investigaciones sugieren que tanto la lectura como la escritura de poesía estimulan la plasticidad neuronal, favoreciendo la formación de nuevas conexiones sinápticas. Este proceso resulta fundamental para el aprendizaje y la capacidad del individuo de adaptarse a su entorno.

Además, el investigador ha analizado cómo la poesía puede incidir en la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina , (2) vinculados al bienestar y la felicidad. Así, la poesía no solo representa un desafío intelectual, sino también una herramienta terapéutica con el potencial de mejorar el equilibrio emocional de las personas.


La Poesía Como Expresión de la Conciencia


Otro aspecto relevante en la obra de Canchola Martínez es su análisis de la poesía como una forma de expresión de la conciencia humana. Desde su perspectiva, el lenguaje poético permite acceder a niveles profundos de introspección y autoconocimiento, facilitando la comunicación de emociones complejas que a menudo no pueden ser expresadas de manera convencional.

Enrique Canchola Martínez también destaca la poesía como una vía única para expresar la conciencia humana. Según su análisis, el lenguaje poético abre puertas hacia niveles profundos de introspección y autoconocimiento, facilitando la transmisión de emociones complejas que, en muchas ocasiones, no encuentran expresión adecuada en formas de comunicación convencional.

El investigador también ha explorado cómo la poesía puede influir en el liderazgo, destacando que el pensamiento poético puede convertirse en una herramienta poderosa para la educación y la transformación social. En este contexto, la poesía trasciende su dimensión artística para convertirse en un mecanismo de cambio capaz de moldear la percepción del mundo y las relaciones entre las personas.


Conclusión


Es indudable que el arte poético ocupa un lugar privilegiado, legado de tiempos antiguos, y que sigue siendo esencial para disfrutar de la riqueza y belleza del lenguaje. La poesía, como obra delicada del lenguaje, revela mundos que a menudo pasan desapercibidos para otros.


Es capaz de tocar las fibras más sensibles, trascendiendo barreras culturales y emocionales. En este sentido, resulta crucial fomentar el hábito poético en niñas y niños, quienes muchas veces se ven atrapados por pantallas, la inmediatez de la tecnología y una competencia desmedida que les impide apreciar con naturalidad su propio desarrollo emocional y cognitivo. Como señala Enrique Canchola,  “la poesía favorece el desarrollo cognitivo y emocional. En un mundo cada vez más dominado por la tecnología y la racionalidad, la poesía sigue siendo un refugio para la imaginación y la sensibilidad, recordándonos que la ciencia y el arte pueden coexistir en armonía.”








 
 
 

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