Ya no puedo más de curado—los días se suceden tan grises como rojas las noches. La voz del hombre joven ensoberbecido por los placeres de que goza se resiente al reconocer las limitaciones físicas y por qué no decir mentales
Alza su puño en alto contra el cielo sin pensar en los dioses. Sea esta imprecación de nosotros nada parecido. Que sepan mantenerse estas palabras ajenas al destinatario. Por otro lado la chatura de toda vida se hace manifiesta. Se esboza como contorno de alas de mariposa trasparente y grande, muy grande el sentido que le vemos incluso a esto. Que tiene que venir de algún lado. Sinó no estaríamos escribiendo.
“ya no quiero meterme más en estas discusiones, me cansan hasta estas palabras que profiero igual que tantas otras. Ya estoy por creer que no podemos cambiar el mundo. Dejemos que los pájaros que queden vivos revoloteen en el aire, la atmósfera, el cielo, el firmamento, dejémosle la Tierra Continental a los insectos”
Bravo—sacaste trago
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