Bueno, es que salí apurado, poniéndome la chaqueta y caminé hasta la esquina y me cansé de esperar el bus y tuve que tomar un taxi, lo que no es ninguna gracia con lo caras que están las cosas. El viejo iba a mirar el partido en la tele, mire, ni muerto se acerca al estadio, la última vez que trató fue culpa mía, jugaba el Colo como ahora y yo ya lo tenía casi convencido para que me acompañara, pero echó pie atrás cuando nos acabábamos de bajar de la micro, por suerte que quedaba un poco más de una hora para el partido así es que lo invité a tomarse un par de pílsener en un boliche por ahí cerca, en la calle Macul.
Después salimos para andar el par de cuadras hasta al estadio, pero como le digo esa vez no pudo entrar, se quedó vomitando como a media cuadra, me acuerdo que entonces hice parar un taxi, lo empujé adentro, le di la dirección al chofer y le puse al viejo unos billetes en el bolsillo de la chaqueta, menos mal que andaba recién pagado porque como están las cosas, como le decía, tomar un taxi cuesta un ojo de la cara, aunque se suponía que cuando cayera la dictadura las cosas iban a cambiar y ya han pasado un montón de años y ná ni ná. Pero a mí el partido del Colo no me lo despinta nadie y menos el viejo, que si me quedo en la casa y hay un partido del Colo se siente culpable "anda nomás niño, que a mí no me va a pasar nada, no voy a hacer ninguna tontera", me dice. Él me llevaba a los partidos cuando era chico y avivábamos al Colo y de repente gritábamos contra el Pinocho, no tengo ni para qué decirle lo que todos saben, el Colo es el equipo del pueblo y así que se aprovechaba para manifestar, cuando las manifestaciones estaban prohibidas, y de repente en la galería un grupo de cabros tiraba unos volantes y gritaba Jota Jota Cé Cé y la gente aplaudía—no todos claro—y los cabros se hacían humo antes de que llegaran los pacos. Eso cuando era chico y él me llevaba al estadio, y perdone si me estoy repitiendo, cuando jugaba el Colo Colo, que como debe saber es el nombre de ese cacique mapuche que peleó contra los españoles y es sin duda, no tan solo el equipo con más hinchas de Chile, sino el que representa a las clases populares, creo yo, e incluso de manera amplia a la izquierda, como le digo a mis alumnos, y eso es ya tradicional. Pero eso era antes de que al viejo le empezaran los dolores de cabeza, las pesadillas, ¿me va siguiendo? Nosotros (yo y mis hermanos) sabemos que el viejo estuvo preso, relegado, al comienzo como una semana desaparecido y que eso aceleró la muerte de la mamá, que en paz descanse, pero después que lo soltaron no se acordaba de nada y por supuesto que no pudo seguir trabajando, primero porque no había quedado bien—solo después de varios años había comenzado a recuperarse—y segundo porque era muy difícil en esos tiempos que alguien fuera a contratar a un ex preso político. Para el final de dictadura nos llevaba a todos o de a uno al estadio, sobre todo a esos raros partidos entre el Colo Colo y Universidad de Chile, el equipo rival tradicional que lleva el nombre del plantel universitario. Mis hermanos, uno se casó y se fue a un departamento en el barrio La Reina y el Chico se fue a la Argentina, yo seguí viviendo con el viejo ya que a las finales no me casé con la Amelia, de la que usté se acordará en esos tiempos en la facultad, porque yo soy más bien medio salidor y farrero, la verdad sea dicha. Pero mire, qué bueno que me lo encontré de nuevo y por casualidad, a usté que es sicólogo, aunque no está ejerciendo, como me dice, pero en estos tiempos. A mí en el colegio me quitaron un par de cursos, otros colegas quedaron cesantes, así, de la noche a la mañana, y no se puede alegar. El viejo dice que estamos igual que cuando la dictadura, que para qué fue entonces tanto sacrificio, tanta protesta. Pero es mejor que hable, yo lo prefiero así, cuando empieza a quejarse y a arreglar el mundo, aunque repita las mismas cosas. Es mejor que no esté solo en estos días como ahora, cuando hay partido, y mira y no mira la tele, callado, concentrado, entonces mejor me voy a la casa al tiro, a lo mejor no debería haber venido a mirar el partido. Yo le digo "mira viejo, te hace mal mirar los partidos, y más estos del Colo", y él asiente, con aire distraído y yo sé que no me está escuchando. Sí, yo sé algo de eso, tenía una alumna que se cortaba los brazos con gilé, no mucho, ni muy profundo, y a él, desde que le volvió la cosa, por lo menos ya no le vienen los dolores de cabeza, no tiene pesadillas. Ya me habían dicho que él tenía el síndrome ese, que usté me acaba de mencionar, que muchos que estuvieron en el estadio se olvidan, al cabo de un tiempo se acuerdan de repente, y no crea, es un alivio haber hablado con usté. Perdone, me tengo que ir volando, del consumo no se preocupe, ya hablé con el dueño, lo pusieron en mi cuenta, gracias de nuevo.
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