Aquí desde este nido múltiple en el que habito, un entramado de todos los tejidos vivientes. Plasmada en la mar y así reflejando la luz de astros y específicamente del sol en el día en la noche la luna, cuerpos celestes prácticamente desprovistos de mí, aunque no la segunda de la que se sabe que comporta hielo en su centro, uno de mis más bellos estados, que me hace semejante al cristal y a las piedras preciosas
Húmeda soy y femenina en las cosmologías de este planeta que es en gran parte mí misma cuyas mareas recojo como enaguas de encaje
No le tengo miedo a los lugares comunes femeninos con que me califican y que se pueden considerar hasta clichés y que quizás puedan ofender a parte de las mujeres en estos tiempos que corren
En realidad no importa cómo se me represente, porque mi presencia da vida aunque yo esté presente en ínfimas cantidades y en combinaciones afortunadas pero escasas con otros materiales y elementos dispersos por el universo en una miríada de probetas posibles
Ya que pasaré a originar vida alojada como esté en un planeta y sensible al calor siempre moderado de un astro relativamente cercano pero viejo y medio moribundo según las escalas que se manejan en el cosmos, que aunque la palabra así lo diga no está ordenado como lo perciben ustedes
Algo parecido a la sangre que mimetiza mi composición marina agitará a esos otros seres a que daré lugar
Todo esto lo supe de su boca en ese sueño que terminaba
Envuelto como en un rumor de olas, de corrientes de agua que se precipitan entre cañones pétreos, de gotas que caen sobre techos, de teteras que hierven arrojando vapor con un silbido de orina que cae en inodoros de loza blancos
Y entonces esa presencia desvanaciente se fragmenta y esfuma desde ese sueño del que despierto por esta vez no renegando del olor de mi transpiración también acuosa también parte suya
En estos tiempos en que florecen iglesias y cultos, se crean y resucitan mitos que se pueden expandir y en teoría abarcar todos los horizontes dar la vuelta al mundo
Voy a dar lugar a un culto que tenga al agua como centro. Voy a trabajarle una imagen femenina de acuerdo a mis capacidades, que sea profunda pero que a vez atraiga—ya que aquí entre nosotros indudablemente es mujer, tal como me dijo en ese sueño que ella en su generosidad ilimitada me proyectó en la pantalla de la noche y al que me refería arriba.
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