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Foto del escritorLeonel Huerta

Harina para el pan; agua y aceite para el bautizo culinario. Mezcla todo, poco a poco, en el ombligo; viejo recipiente marginal. Amasa lento, sube y baja, retuerce el magma hasta lograr la consistencia del pasado. Con el uslero sigue laborando y convierte la mezcla en paño blanco; que no trasluzca, ¿la invisibilidad qué puede llenar? No permitas que otras manos ensucien la unión; cuidado con el mal de ojo que no respeta cocina envuelta en suciedad. Y vuelve con dedos y palmas al trabajo inicial; presiona sin que llore, que no se lamente: la comida no es para lagrimear.

Churrasca pa´l chaparrón, churrasca pa´l nubarrón.

Aplana los bollos, listos para transmutar en la mesa. Con un golpe cariñoso —tú sabes cuál—, allana la redondez; la perfección del círculo, en polvo amasado, es dos veces perfección.

Calienta el aceite, mientras afuera el otoño te acomoda las hojas en posiciones imposibles de imitar. En el sartén deja que la crudeza baje al averno para revivir en miga de ángel. Si no hay mantequilla, una margarina será la compañía perfecta para el puesto del pan.

Churrasca pa´l amor, churrasca pa´l corazón.



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Foto del escritorLeonel Huerta

Actualizado: 13 sept 2022

La feria, qué linda la feria. Colores por miles cubren los puestos. Aromas que despiertan a cualquiera. Y la gente, qué linda la gente. Corren los niños con una sandía en la boca. Gritan, entre dientes faltantes, chistes irrepetibles. Si juega el Colo o la U, la guerra de buenos insultos prende la venta. «Casera, caserita, no olvide el melón para el arreglado»; «Aquí frutillas con tinto». La feria, qué linda la feria.

El pasaje mantiene puertas cerradas, cortinas a medio abrir. Hongos rondan los techos. Retrete de olor café intenso. Viejos y viejas de pura pensión miran la feria, la linda feria. Ya no van, no alcanza. Esperan, esperan, siempre esperan. Inmigrantes llegaron para escapar de la vergüenza. La mujer, el hombre, los niños. Escorias de la modernidad; la feria tampoco los quiere. Agachados cruzan el parque sin poner un pie en el prado: prohibido hacer daño a la verde alfombra. Doblan sus espaldas para obtener los frutos del cemento. Tomates bien maduros, tallos de brócoli, berenjenas blanditas; si no hay gusanos se puede usar. Los que no consumen, no sirven; perdón, quise decir los que no gastan. Rastrojo. Sobras. Comida. Apúrate antes de que llegue el camión de la muni. Apúrate antes que se te acabe la vida.

La feria, qué linda la feria. Martes y sábado. Vamos a la feria. ¡Qué linda la feria!

Leonel Huerta




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Foto del escritorLeonel Huerta

Actualizado: 22 feb 2022


«Ni chicha ni limoná», canta Víctor.

A veces,

así camino.

Ni macho ni hembra

ni tierra ni urbe

ni mestizo ni mapuche.


«¿Qué sabes de cordillera?», dice Patricio.

A veces,

así me cuestiono.

Sin saber nada

sin entender el porqué

sin mirar al norte.


«Las ideas solo pueden levantarnos», rapea Ana.

A veces,

así despierto

Dispuesto a todo

a decir la verdad

flotando sobre engaños.


«Al mirar atrás puedo ver el camino», recita Huinao.

A veces

así recorro los días.

Mirando un sendero antiguo

buscando la ruta que viene

maldiciendo el presente.


«Soy el otro habitante», lo digo yo.

A veces,

así respiro.



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