Déjà vu
Estaba parado ahÃ, en el dintel de la puerta. Su largo abrigo negro presagiaba un frÃo antiguo. Lo miré esperando que sus labios me hablaran, pero estaban sellados con fuego hermético.
Y asà desapareció del vagón, silencioso, dejándome el recuerdo de sus ojos profundos y lejanos.
La mujer termina de leer el libro y una extraña sensación la invade.
Mientras tanto, el tren se desliza suavemente por los rieles casi congelados.