EL OJO DE HORUS
Enterré a muchos en el Día de los Muertos, algunos vivían aún, sus máscaras relucían como el oro, aunque no todo brillaba en su interior. Dicen que los demonios se visten de belleza, y lo considerado feo no se disfraza.
Enterré a muchos en el Día de los Muertos, a algunos les llevé flores, a otros, comida y a otros, nada.
Ninguno se resistió al entierro, aún muertos, sus muecas amargas no resistieron mi mirada.
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