MADRE ESPINA DE CAMPOS ABSOLUTOS (FRAGMENTO)
- entre parentesis
- 6 ago 2021
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Y dijo Jesús a las mujeres
que lo seguían llorando:
“No lloren por mí, lloren
por ustedes mismas y por
vuestros hijos”.
Lucas. Cap. 23, 28.
Había un mundo silencioso
que se vistió de espumas y licores rojizos.
Y los dioses alborozados crearon un nuevo ser
mezcla de vida y de muerte.
Y
la
mujer
pernoctó
en
la
vida
de
improviso.
Se desplomó sobre la tierra en miles de mujeres diferentes.
Y la encadenaron sin remedio a sus raíces milagrosas.
Sus huesos se abrieron sorprendidos
y el pecado la envolvió en el polvo.
En
su
alma
crecieron
tumbas
inmortales.
Fue revisada por burócratas de la eternidad:
cada ojo
cada dedo
cada oreja
cada órgano
cada miembro.
Su sexo inspeccionado, sancionado, deseado y disfrazado de infierno
para siempre.

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