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  • Foto del escritor: entre parentesis
    entre parentesis
  • 6 ene 2022
  • 2 Min. de lectura
Estoy cansado
De esta soledad

Debo confesar 
Que mi torpeza me agobia 
Me he generado 
Gran parte de esta angustia que siento. 
O toda la parte 
No sé decirlo con precisión absoluta 

También debo confesar
          Que mi vida sin ti
No es vida

Digamos,
    Esa vida de gente
             Medianamente civilizada

Gente normal
Que tiene una compañía idónea 
Hasta para callarse un rato 
Sin estorbarse el uno al otro 

Sentirse aparte 
Pero a su vez
 Absolutamente presente 
Sin engaños ni mentiras 
Con ausencias compartidas

(un garabato loco 
De esos que dan risa) 

( o una palabra sucia,... 
De esas, 
                 que te ruborizan) 

Para reencontrarse 
Las veces que sean necesarias 
Para no cansar a la rutina 

Y esa compañía eres tú 
                               Esa eres tú
Preparando cosas deliciosas 
Y yo, ayudándote a ti
      En lo que necesites 
      Aunque no te haga falta

Esa compañía
Que a Dios gracias me traes... 
Y que la soledad 
Pretende dejar a su suerte 
                          Pero...
Que de ninguna forma abandona 

He aquí la paradoja, 
Que de tu compañía me despoja 
Trayéndome el recuerdo de tus besos
Instalando como tierna venganza
La dulzura de la nostalgia 
La madurez de tu sexo 
Mi conformidad en tu silencio 
 Ese que me dejas abrazar
 Con un simple
                        Te quiero 

Y eso es todo 
                    De verdad, 
                                    Todo 

Todo lo que quiero de ti 
Porque ese simple gesto 
Es la puerta de entrada 
A un comienzo nuevo
De instantes eternos 

Porque sabes que estoy aquí 
Y yo sé que estás aquí 
Para lo que nos necesitemos 

O dependiendo de la ocasión 
Para algo más fogoso 
O hilarante 
                O lo que sea

Contigo, 
Es como estar en presencia 
Ante el trabajo de un artesano 
... De esos antiguos
Que ponen todo su talento y espíritu 
Confeccionando un puñal exquisito 
En su pronta laboriosidad temprana 
Templado a fuego lento 
De reluciente cielo  
        De amargo sepulcro
                     
Uno a uno
En el cuadrilátero de la vida 
Puño y golpe 
                      Agua y fuego 
En la cual, 
            Uno se presenta
           Como pez en el agua

De nado dulce en tus labios
De elemento salado en tus besos 
Y cuando quieres
           Fogoso en extremo

Río y mar
Se encuentran en una breve 
Pero agradable lucha 
Amalgama 
                 De espíritu y cuerpos 
Agua dulce o salada, 
                             Da igual
                             Gusta igual
Como la fruta de tus senos
Como la sal de tu sexo

Tierra mía
¡ Cuánto te hecho de menos !

Eres a su vez
El cielo en una noche de verano
Que va ocultando tus estrellas
A medida que comienza el día 

Eres a su vez
La belleza nostálgica del invierno
Y la dura, 
Pero tierna catarsis en tu cuerpo
Donde navego 
Donde me encuentro 

Y la soledad 
Me quita ese mar inmenso 
Dejándome solo tu recuerdo 
Que explota con las olas 
Cuando cantan a lo lejos 

Sin ti
...Ya estoy cansado
                 De esta soledad 


 
 
 
  • Foto del escritor: entre parentesis
    entre parentesis
  • 9 dic 2021
  • 2 Min. de lectura

Y corría el año de... Ya ni me acuerdo. Solo sé que se aproximaba la navidad, y no tenía ni una espectativa de la mentada celebración. Me había auto impuesto el parco deseo de vivirla, sin luces, sin música, ni menos regalos. Solo quería que pasara pronto . Sabía que no tenía que incomodar a mamá con exigencias tan vanales como aquellas.

A mí corta edad de 14 años, era lo suficientemente tácito maduro para darme cuenta que la recesión de ese año había causado estragos en la familia, y yo, no iba a ser un problema más a los ya existentes.

Con mi hermano, que era dos años mayor que yo, teníamos sin ponernos de acuerdo la misma postura... que pasara la hora para acostarnos temprano.

El silencio rondaba por todos los rincones de la casa, era algo asumido darle un carácter de día cualquiera

De pronto, como a eso de las diez de la noche mi padre llegó con un kilo de porotos granados, choclo y zapallo. Mi madre que siempre estaba lista, los preparo. Nosotros ayudamos a desenvainarlos, sin mucho ánimo, pues, eran porotos. El asunto fue que a eso de las once y media, había cena, y una pequeña caja en la punta de la mesa, sin envoltorio, solo una pequeña caja obscura con un tono viscoso

Después de cenar y haber sopeado el plato con trozos de marraqueta, nos dimos cuenta quizás por la necesidad existente. Que aquella comida, fueron los más deliciosos porotos con pilco que habíamos probado. Mi madre nos miraba satisfecha, una vez más había cumplido. Al parecer desató todo su amor en aquellos inesperados elementos que llegaron a última hora para la cena.

Luego tomamos la pequeña caja, que al abrirla aparecieron unas diminutas piezas de ajedrez...Guau,!!!... un regalo para los dos. Recuerdo que jugamos pasadas las 02:30 de la madrugada.

Desde entonces, mi afición por el ajedrez está en el recuerdo de esas diminutas y contorneadas figuras, que expresan hasta el día de hoy, algo más que un simple juego. Y ya sabrán, cuál es mi comida favorita...

Por cierto, corría el 82'. Y ya se van a cumplir 40 años de aquello ...

Fue una buena Navidad.



 
 
 
  • Foto del escritor: entre parentesis
    entre parentesis
  • 18 nov 2021
  • 2 Min. de lectura

Lo que sucede,

Es que el descubrir las letras

Que se escapan de tu cuerpo

Viene a ser

Como una catarsis renovadora


Es como contar las gaviotas

Que vuelan a lo lejos

Escuchar

Como su graznido se transforma

En un lenguaje eterno


Es como sentir

Cuando tus pies se hunden

En la arena

Solo así te das cuenta

Que cada grano

Sí importa

Como sí importa

El primer beso que te ha dado el mar

Y de la nada

Sube nerviosa la felicidad

Y tan suave

Te araña el escalofrío

Que se queda a jugar

Entre las colinas de tus pechos

Y hurgando en el ombligo

Se escapa

Como se escapan

Las mariposas con tu risa


Entonces,

Con la silenciosa avidez de tus ojos

Te enteras,

Sabes por ti misma

Que ha sido el mejor regalo

Que te ha entregado la vida



Todo eso

Va instaurando la necesidad constante

De examinarte a cada momento

Como cuando te desprendías de la oscuridad

Y caminabas hacia mí

En línea recta

Bamboleando tu cuerpo

Muy provista

De natural sutileza


Y entre las sombras implacables

Escuchar siempre

El tierno raspado de tus zapatos

En su breve lucha con la tierra arenosa,

Acercándote


Lo que sucede

Es que aquello transforma

En pequeños suspiros

Los gritos

Que van soltando las hojas de los eucaliptus

Así como los árboles

Exhalan la hipertrofia que tienen

En su corteza seca

Que como la mía

Se regenera a cada momento

Negándose al olvido

Del perfume de tu cuerpo


Sucede digo,

Que cuando el aire se eleva contigo

Inevitablemente llegas...

Y me agrada

Aunque venga provisto

Del filo dulce de la nosgalgia

Que también corcovea

Como los caballos invisibles

Que galopan a la orilla del mar

Tan resueltos

Tan briosos

Y Con tanta gracia

Son hermosos

Cuando hacen salpicar las olas

Con sus coces tangibles


Y resulta que me agrada...

Aunque ya no estés aquí

Aunque parezca que nada sirve


Lo que sucede

Es que todo,

Todo me recuerda a ti

Como éstas letras

Que se escapan de tu cuerpo

Y vienen desde tan lejos

Volando como mariposas,

Y se posan frente mí





 
 
 
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