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  • Writer: entre parentesis
    entre parentesis
  • Jul 31, 2024
  • 1 min read

La risa me la han robado,

La anclaron a dos pirámides de hielo

en medio de arenas y cactus.

De nada sirve la mueca,

mi risa está cautiva

a los troncos humeantes

de un dolor contiguo.


Mi risa exprime sus últimos cartuchos

para reventar el siglo.

Mi risa vende sus dientes

en remates de marfil de mala clase.

Escudriña las arrugas de mis ojos,

o busca

la comisura de mi boca

para instalar su cabecera de playa

en el lunar izquierdo.


Pero se entrampa, claudica.

La carcajada que dispara

es fofa tosecilla censurada.

Remiendan los ojos sus miradas.

Son diques cautelosos

para explorar nuevamente el sol.

Al final

me río de mis desreíres,

de mis disfunciones humorísticas.

La risa engrillada se persigna

en el reclinatorio de esta noche larga

y fragua escapatorias contagiantes.


Usa cilicio masoquista,

se ríe de sí misma

y, vestida de fábulas y cuentos,

asume

la farándula diaria

de sobrevivir.




 
 
 
  • Writer: entre parentesis
    entre parentesis
  • Jul 31, 2024
  • 1 min read

Las gotas van dibujando destinos

en el vidrio,

planteando sus fisonomías

débiles y mágicas,

celulares y volátiles.


Tejen su instante único,

en la tela del vidrio,

yacen un segundo

y se multiplican en pases fantasmales.


Quien las baraja

es artista consumado

que editó las lágrimas

y me trajo

a la reflexión del agua




 
 
 
  • Writer: entre parentesis
    entre parentesis
  • Jun 17, 2024
  • 1 min read

Me escudriñas,

hermosa y filosa, muerte,

espejismo de auroras,

tus desnudos pies de silencio,

hasta mi lecho se acercan


Desde la esquina recóndita

de los remordimientos,

desciendes en pálido augurio

y tu mirada ausculta mis dudas.


Te reconocen mis sueños,

eres sortilegio

de deseo y frenos,

fantasía de pueblos en garúas,

diálogo de horizontes y volcanes.


Truena tu inquisidora mirada

como una súplica o una sentencia


Quizá seas fantasma de un idilio

que caducó entre rugidos,

tendiendo sus mentiras miserables,

como alambres de púas del olvido.


Te apareces entonces,

cual bruja vengativa,

seducción habilosa,

un traspiés asesino


Castigando la impiedad

de un poema perdido.


Te contempla indefensa

mi pasión desteñida

Me alcanza en tu látigo

el rencor más mezquino


Y entonces, me envuelve,

sin prisa ni pausa,

tu puntual cometido.




 
 
 
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