Nació y vive en Puerto Rico. Poeta, novelista, cuentista, ensayista, guionista, dramaturga, editora y artista de la plástica puertorriqueña, con estudios en artes de la pedagogía, italiano, creación literaria y filosofía y letras. Enseña literatura, lengua, italiano, creación literaria y estrategias pedagógicas. Dirige la fundación sin fines de lucro llamada Lamaruca, Gesta Cultural Vitrata, dedicada al cultivo de las bellas artes. Es la autora de EL ABRASO, HAMBRE, INAMABLE, DIEZ BOCADOS, TE AMO A MORIR, BAJO TIERRA, CUANDO LA MEMORIA TOMA VACACIONES, OJOS DE NIÑA y MAESTRO DE SUS VENEROS. Es coautora de antologías poéticas como DERRÁMATE, UNIVERSOS, FUEGO, HUMO, CRIANZAS, PEDAZOS DEL CORAZÓN Y VIOLENCIA NUESTRA DE CADA DÍA. Como puertorriqueña, embajadora del colectivo Arte Poética Latinoamericana y representante en el colectivo Isla Literaria: ERGO Puerto Rico.
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PRESUMIDA
“No me muero. Tal vez
tantos, tantos derrumbes,
tantas muertes, tal vez,
tanto olvido, rechazos,
tantos dioses que huyeron
con palabras queridas
no me dejan morir definitivamente”.
-Idea Vilariño
(1920-2009)
Montevideo, Uruguay
Poema: Quiero morir
He de volver de la muerte
para extrañarte,
para añadir a los saberes de la vida
el fallecer.
He de volver sin alas verdes
y sin un verbo personal
como perfumar;
como el viento
en la oración exclamativa,
como el arte se torna
de menor a mayor en la poesía.
He de volver de la muerte
para llorarte,
para añadirte a mis poemas,
a mis rincones de vigencias envinadas.
He de volver como fruta podrida
a embriagarme
consumiéndome y pensándote,
con el arte de partir ejercitado.
He de volver de la muerte
para sentirte en la almohada
que guarda el extracto de tu nuca,
para deidarte y orarte arrodillada,
para negarme a exiliarte
de mi sesera de poeta,
tan voluntariosa que visita
al amor platónico
para llamarlo
su hombre,
su mujer
o su yo.
He de volver de la muerte
para agonizarte,
desplazándome en el viento
con el sonido de tu llamado en el túnel,
con la luz que parpadea
al final del camino…
esa imagen que narran los que presumen
haber conocido la caída.
He de volver de la muerte
para amarte
con tus referencias en la piel,
con tu poesía en los labios afiebrados,
con tu maldad de juego
en mi memoria arriesgada,
para aferrarme a ti,
que me correspondes hasta muerto,
y existir presumiendo que aún te tengo
ESTA VEZ, NO MUERO
Tengo la piel de zorra en la mira del cazador.
En una búsqueda incauta de compasión,
le muestro mis sienes heridas por la maldad,
por la lascivia de otros perdigueros.
Sé que apunta directamente a mi carne herida,
que sabe que en mis cueros se esconde
mi mirada de venado capturado
por la inocencia interrumpida tan temprano.
Anticipo que la bala me penetrará la impavidez
hasta hacerla fruta curtida, servida, sangrienta.
Reto al fusil que me clava su maldad
en la sentencia de muerte.
De la sesera brava me surge, como ave,
la querencia de escapar del designio
impuesto por el salvaje que me ha de ultrajar.
De la rabia ardorosa me surge, como ave,
el arrojo de vencer al presente
imputado por la costumbre maldita
de cazar mujeres para comer.
El arma me registra valiosa
y descarga su munición.
El viento la acerca criminal a mi existencia.
Pero, me hago de aire y vuelo,
como mujer de piel de zorra,
como mujer de ojos ingentes,
como mujer de alas que huyen
de los caníbales perversos,
que posan sus miras sobre mi cuerpo.
Ahora, reto al cazador.
Esta vez, no muero.
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