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Es cuentista, dramaturga, novelista, guionista, ensayista, poeta, tallerista, ilustradora, editora y correctora de textos. Tiene estudios graduados en Literatura del programa de maestría y doctorado de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. También cursó la Maestría en Creación Literaria con concentración en Narrativa de la Universidad del Sagrado Corazón de Santurce, Puerto Rico. Como parte del programa de intercambio lingüístico y cultural del centro universitario Ramapo College of New Jersey, estudió en la Università degliStudi di Urbino Carlo Bo en Urbino, Italia.
Es educadora de profesión. Ha enseñado cursos de Español e Italiano desde el 1999 y de Teatro, Historia, Salud y Educación Especial esporádicamente. Ofrece talleres de Creación Literaria, Estrategias Pedagógicas, Teoría Literaria y Teatro.
Desde el 2014 hasta el 2017, dirigió Plaza de la Cultura, un espacio educativo de presentaciones culturales diversas. En el 2015 fundó Lamaruca, Gesta Cultural Vitrata, una institución sin fines de lucro dedicada a las bellas artes en general, a la educación en las artes de la escritura creativa y a la edición y producción de textos literarios.
VERSO DE LENGUA
Nadie me ha lamido el corazón, músculo que,
desde la poesía, existe como cintura del ser,
y va circundando las cosquillas
de la posibilidad romántica;
vive como arma de la diáspora que deja en las almohadas
los lloros por quienes idealizamos;
crece como páginas en blanco en el cuaderno
de la memoria errática de un navegante en tierras movedizas;
agoniza como sueño de bestia
en inanición de besos en el cuello
antes de conciliar el sueño;
muere como recipiente de tinta coagulada
que huele al calor que se acumula
a la mitad del pecho cuando nadie lo reclama.
Tengo el corazón untado de miel y almizcle,
y no llegan a posar lenguas en mi carne dispuesta,
ni a olfatear el cúmulo de latidos que la conciencia ostenta.
Me habita el corazón un glosario sobre los libros sagrados
de las profecías de todos los poetas hechos de azúcar
que ansían ser lamidos por un verso de lengua ensangrentado.
PERFUME ENTRE MIS PIERNAS
A través del humo que surgía del calor de mi cuerpo,
aspirabas mi alma quemada y te perfumabas con ella:
fragancia de tristeza añeja con fijador de piel cansada.
¿Notaste que era conífera y que la resina
que me fluía era salada, y me quemaba el rostro infausto,
porque la dulce ya no la provocó
tu esencia insipiente e inamable
entre mis piernas compungidas?
Hoy quiero caminar, y que el viento esparza
el perfume de mi savia de olíbano
para provocar mordidas deliciosas.
Hoy quiero intoxicar con mi aroma
a catadores de efluvios de carne mujeril,
a los sedientos de aguas protegidas
por labios añorosos de lenguas conquistadoras.
Hoy quiero que se anticipe mi olor
con cada paso que dan mis raíces
de madera calada por las ganas
de ya no ser hurí, ni fruta,
sino licor balsámico que con ósculos embriaga.
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