AMÉRICA PROFUNDA
Inesperada, exuberante, suculenta…
allí estaba toda ella. Con sus cerros sinuosos, punzantes,
con sus cascadas originales, manchadas por los saqueadores.
América profunda, atraviesa mis manos, mis pies, boca cerrada
en mi alma.
Ella profunda atravesaba todo lo que soy. América esplendida,
generosa. Queriendo no queriendo, con toda tu riqueza ayudaste al
progreso ajeno. Inquieta, furiosa, ahí estabas adivinada. ¡Plena de diamantes, oro, plata, riquezas que no eran para América!
Bendita, inventada…
Ellos hablaban, los clérigos, los conquistadores entraban en su iglesia a hablar con Dios.
En cambio, los indígenas y negros tocaban
la tierra con la planta de sus pies, miraban al cielo, las montañas, río, sol y allí Dios estaba.
Era tierra rica, que podía darte todo…
para nosotros ya, quedaba poco.
América divergente, contraria, diversa, primigenia, indómita, salvaje, inédita…
Sin embargo, también violentada, fragmentada, violada. Incluso hasta borrada de un mapa histórico sin memoria…
e increíblemente amada.
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