Hombre Civilizado

Y vino a mí un silencio oscuro…

no mi silencio luminoso,

ese que me deja escuchar

hasta las palpitaciones

de mi cerebro pujante, bullente.

Este es uno funesto,

dónde el hombre malamente

civilizado…

silencia las voces del Amazonas quebrado… acaso, ¿quieren desaparecer nuestro último pulmón verde?

Más allá en línea podía sentir

el clamor de ayuda de hermanos mono Titi, ardilla, capuchino, perezoso, el jaguar, la ranita de vidrio, el lagarto Jesucristo, caballos…y más.

¡Sintiendo el dolor que no les pertenece!

¿Dónde está el hombre civilizado?

Acallando todas estas inocentes voces con asfalto, con cemento… Y ¿qué hacemos nosotros?

Nos tapamos los rostros.

Pues lo que creamos, nos lo hacemos…

yo, no sé de moralejas, de palabras adecuadas.

“Escribo desde el nervio vivo del alma que grita verdades”.

No soy tan civilizada…

pero, siento a unas voces calcinadas, por la arrogancia

del imbécil y cruel hombre civilizado.

Duele hasta lo más profundo

el silencio cómplice, el silencio inútil.

Entonces grito desde mi honesto silencio:

¡Éste mundo es de todos, mamíferos, herbívoros, pequeños, medianos, grandes, con y sin cola!. El grande es él que se pisa su cola para agarrar pesos y dólares… Llevando maquinaria pesada, con sentimientos deslavados, destruyendo lo que no es de ellos…es de todos. Es nuestro.

Quebrando así nuestra propia alma milenaria.