LA PALABRA INFLAMADA
Se quemo, se inflamo la palabra.
A una temperatura insospechada. Surgió la censura,
entonces surgió la ignorancia, censura equivoco ancestral,
oprimiendo todo cuestionamiento.
Aquí el miedo se llamó cambio…
¡Qué te tiemble la boca, al decir tanta mentira, tanta infamia y maldad!
Finalmente el pasado está vivo Increíblemente emergieron las palabras…en mi cuerpo lacerado,
quebrado, mutilado nacieron ellas.
No quebraron mi garganta y por allí surgieron indómitas, salvajes.
Entonces hui de lo establecido…
No se quería escuchar el relato forastero de los blancos.
También deseaba que escucharan el relato de los míos, mi pueblo,
mis ancestros.
Allí estaba en la precariedad de lo que era, y de lo que nunca volveré a ser. Y sentándome en lo que soy. Aquí estamos con
insolencia, desparpajo, rebeldía para sumar el relato del negro,
del indígena, del Selk`nam…
El relato que nunca fue sumado al relato de todos.
Estamos para sumarlo con atrevimiento.
En ese estamos todos, estás tú, estoy yo, para hacer la vida más intensa. Y en ese silencio omnipotente se esconde la palabra herida.
En ese ir y venir de más de cinco siglos, se fueron quebrando todas
las sílabas…
Sigue allí mi dolor en mis pies, manos, espalda, mente.
Espero siga evolucionando el pensamiento…
Me recuesto y amanezco recién nacida,
como palabra recién hecha.
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