Tu rostro de hombre – niño
Lo busco entre rostros desconocidos
Tu rostro como el de tantos que nos faltan
1210 desaparecidos
Dame una pista para hallarte
Uno de tus dibujos trazados en la arena
Un árbol de hojas apuntando hacia el cielo
Un pañuelo batiéndose en aire
¡¡Responde los llamados Rodrigo!!
A la voz de hermana que te nombra con dulzura
A la voz de Malva que clama tu regreso
A la voz de una compañera que grita por qué se haga justicia
A la voz de Marina que se ahoga en un último “te quiero”
44 años que son un siglo
Un eterno de dolor, horrores y desconsuelo
Injusticias, mentiras, pactos de silencio
Sigo encendiendo el brasero cada mayo, esperando abrigarte a tu regreso
Al calor del fogón tomar un mate y que me cuentes dónde te escondieron
Abrir por un instante un agujero en el espacio - tiempo
Y llevarte a los días en que agitabas tu loco pelo al viento
Hacer de todo esto un mal sueño
Y que regreses a casa aquel 26 de mayo, como un día de otoño cualquiera
Trayendo tu desorden juvenil a casa
Leyendo versos inconclusos como estos
Pero mi sueño se derrumba y me trae de regreso
A este duro día de invierno, encerrada por un virus que no vemos
Tan peligroso como el que te llevo lejos de tu hogar… el horroroso virus del miedo.
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