Recorrer estos mares que nos alejan es menos peligroso que la distancia misma
extrañar tu cuerpo no conocido es el desespero de mis noches veraniegas
el calor ya no brota de la tierra
ni del sol, ni de los geiser
brota desde mi hacia tu alcoba, al borde de tu cama
este desierto palpitante de caricias pide a gritos beber tus manantiales
has de darme el jugo de tu vida, que emana como un río desbordado,
ese torbellino que trae tu aliento vuelca mis inestables sensaciones
la morada de lo tranquilo huye y me provoca este inefable sentimiento
Tú que pareces eterno, fruto de la imaginación de un viejo novelista
vienes a mí a deshacer los cimientos de mi estructurada vida
romper las cadenas de la rutina
y me vuelves fenix en tus brazos invisibles
y te vuelvo prisionero de mi indómito sentimiento
lo sabes
lo se
crearemos un lenguaje nuevo, mezcla de ambos. donde existan aquellas palabras
que puedan describir este misterio
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