Arcangela era la primera hija de una familia veneziana aristocrática. En ese tiempo, año 1604 en que nació, las familias tenían una estrategia política y demográfica bien definida para no perder el patrimonio, se casaba una sola hija, generalmente la más joven o la más bella, así los padres podían continuar mucho tiempo a disfrutar el patrimonio.
Arcangela nace levemente coja por lo tanto el convento le fue destinado desde pequeña. La costumbre de forzar las hijas al monasterio era muy bien recibida por los jerarcas eclesiásticos, que introdujeron la posibilidad de repensar la decisión cinco años después de tomar los votos. El convento ganaba una buena dote, que aunque era inferior a la solicitada en un matrimonio, era bastante abundante. Por último, las novicias se mantenían con diversos labores: bordados, pastelería, etc. Por lo tanto para el convento era un verdadero negocio al que raramente se renunciaba. Por eso quienes dirigían el convento estaban dispuestos a cerrar un ojo ante eventuales escapadas
La familia, en cambio, ganaba la sistemación decorosa para la hija. . Mantener en casa, una hija coja, si la madre vivía, hubiera sido indecoroso.
Arcangela toma los votos pero su insubordinación se rebeló rápidamente por la lectura de libros “profanos”, que le procuraba su cuñado, el marido de una de sus hermanas. A menudo éstos fueron descubiertos y quemados
Un día ella declaró que había tenido la visión de Dios, en la cuál le había dicho que ella debía escribir. Asi fue que escribió su trilogía sobre la vida del convento: El Paraíso Monacal, El purgatorio de las monjas, y El Infierno Monacal. Todas sus obras fueron sacadas del convento y se dieron por perdidas. Arcangela nunca tuvo la oportunidad ni el coraje de publicar su obra. Esta fue encontrada y publicada solo en el siglo veinte
Nunca pudo abandonar el monasterio, permaneció encerrada allí hasta su muerte en 1652 a la edad de 48 años
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