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ROSITA

Actualizado: 27 jun 2022

Después de un frustrado intento de suicidio, la mujer regresa a su pobre y solitario hogar. Había estado entre la vida y la muerte pero, gracias a sus vecinos, que la socorrieron a tiempo, logró salvarse.

Rosita era una mujer solitaria y a pesar de que hablaba solo lo socialmente necesario, sus vecinos le tenían afecto, especialmente las mujeres, quienes siempre recurrían a ella cuando recolectaban víveres para las ollas comunes. A pesar de su precariedad, Rosita siempre aportaba con algo para los más necesitados que ella, un poco de yerba mate, algunos huevos, lo que tuviera.

Cuando Rosita estaba en el hospital, su vecina más cercana, contó que esta mujer había sufrido mucho, que después que quedó viuda, se dedicó a trabajar cosiendo ropa para sostener a su hijo chiquito cuando quedó sin padre. Al crecer el niño la madre se da cuenta que era retrasado, nunca pudo aprender a leer y a escribir, todo se le dificultaba mucho. Tuvo una adolescencia complicada, debido a las burlas de sus compañeros pero creció con todo el amor que Rosita pudo darle. En su adultez, Nachito, ya había cumplido los cuarenta, se dedicaba a cuidar autos, y llegaba a su casa con los bolsillos llenos de monedas y algunos billetes que recibía por su trabajo, con satisfacción se las entregaba a su madre. Como era muy alegre y enamoradizo, rápidamente hizo amistad con sus compañeros de trabajo, en especial con una morenita que limpiaba vidrios en el restaurant de la esquina.

Un dia de protesta nacional, sus compañeros lo invitaron a realizar una barricada, Nachito aceptó gustoso al darse cuenta que la niña de sus sueños también participaba. Estaba felíz acarreando neumáticos y riéndose con las arengas de sus compañeros cuando los encerró la fuerza policial, disparando balines a diestra y siniestra, uno de estos le llegó al cráneo al pobre hombre, que ya había sido investido con todo el rigor con los palos de la policía. Fue herido a tal punto que lo tuvieron que llevar a la unidad de salud más cercana. Fue imposible su recuperación, el joven falleció dos días después, dejando a su madre sumida en una infinita tristeza.

Después de esa tragedia, la mujer no sentía amor por la vida solo quería ir a reunirse con sus seres amados.

Rosita se recupera de sus heridas, pero camina lentamente cabizbaja, y su mirada triste pareciera decir que ella no quería ser salvada.

Sin embargo con el tiempo, su participación comunitaria en el lugar de las ollas comunes es cada vez más frecuente. Allí, Rosita encontró la oportunidad para socializar con las mujeres que en su mayoría organizan colectivamente la única fuente de alimentos del sector. Incluso, a veces ella misma se preocupa de alimentar calladamente a las personas que llegan hasta la sede de la Junta de Vecinos de la población: inmigrantes, asesoras del hogar, obreros de la construcción, adultos mayores y desempleados. Todas estas personas que apenas se conocían, ahora están unidos por la cocina, donde cada día se prepara comida para cincuenta personas.

De haber sido una mujer amargada, cada día Rosita se siente más solidaria y dispuesta a seguir con vida, sintiéndose útil ayudando a los demás.



Pie Forzado:

Mujer silenciosa, vieja, solitaria, amargada, mirada triste, bondadosa, no comparte con nadie.-- Hombre cuarentón, alegre, bonachón, enamoradizo, pobre, cuida autos




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