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TÍA ANGELINA

Nació el dia del terremoto más grande que azotó el sur de Chile. Eran las 15.11 horas del domingo 22 de mayo del año 1960, cuando se escuchó un ruido subterráneo y ronco que interrumpió la tranquilidad dominical de la ciudad. En medio de las sacudidas, la madre de Angelina parió una hermosa niña que a pesar de las circunstancias, llegaba a este mundo con ciertas características extraordinarias que se notaron enseguida, en lugar de llorar, Angelina dibujó una radiante sonrisa en su redonda carita. Su padre, perplejo, no se atrevió a tocarla, le parecía irreal lo que estaba sucediendo, su madre, en cambio, la tomó en sus brazos como lo más natural del mundo. La sonrisa de Angelina solo se desdibujó cuando sintió que tenía hambre, cosa que la madre entendió inmediatamente.

La infancia de la niña fue perfecta, sin ni siquiera atisbos de enfermedades, sus padres dichosos, sentían que se auguraba un hermoso porvenir para esta hija tan particular, que nunca abandonó su cautivadora sonrisa. Pero había algo que no estaba bien en la vida de esta chiquilla, su color de piel, era tan oscura que a no ser por su sonrisa habría pasado desapercibida de noche. En la escuela tuvo sus primeras decepciones, nadie quería jugar con ella, algunos niños le decían que estaba sucia, a lo que ella respondía que se bañaba todos los días con jabón que estaba limpia, aún asi los niños la rechazaban. En lugar de llorar y contarlo en su hogar, se sentaba al piano a tocar bellas melodías dejando a todos asombrados, nunca había estudiado ese instrumento, se dieron cuenta que Angelina era una niña prodigio. Su infancia y adolescencia las pasó solitaria pero siempre acompañada de la música. Sus padres decidieron inscribirla en el conservatorio, nunca pensaron que su hija superaría hasta los maestros. Le otorgaron una beca para Alemania. Una mañana gris de Septiembre los padres prepararon su equipaje y la acompañaron en su viaje, al menos para dejarla instalada dijeron, pronto se regresaron al ver que su hija necesitaba un poco de independencia. La beca era muy importante para los padres de Angelina, ellos nunca hubieran podido enviarla a especializarse en el extranjero. El padre se desempeñaba como conserje en el palacio de Bellas Artes, allí donde Angelina cuando era niña tocaba el piano muchas veces a escondidas.

En Alemania le sucedió todo lo contrario a su país, todos querían conocerla, nadie se fijó en su color de piel, solo en sus manos y en su sonrisa. Tocaba a Bach, a Mozart y a Beethoven como nadie. Sus conciertos, que dividía en dos partes, primero tocaba música docta, Bach, Schuber, Beethoveen, y la segunda parte la dedicaba a tocar música popular latinoamericana.

Para evitar la nostalgia al recordar su lejano hogar, se inició en el yoga y posteriormente se hizo budista, fueron el soporte que la mantuvo serena lejos de su casa.

Era el tiempo del comienzo de la caída del muro de Berlín, durante 28 años el muro se convirtió en un símbolo de la división alemana. Los jóvenes alemanes comenzaron a realizar actos para dar cuenta de su descontento, Junto a ellos se unieron los extranjeros que estaban becados. Asi fue como Angelina conoció a Rudolf un joven alemán que tocaba el violín. Juntos corrieron por las calles de Berlín, escapando de los guardias militares hasta el 9 de noviembre de 1989 en que cayó finalmente el Muro de la Vergüenza, como solía llamarse.

Rudolf y Angelina siguieron juntos durante mucho tiempo. El quería que su novia conociera a su familia pero ella siempre se negó, tenía mucho temor al rechazo, le había pasado tantas veces que no quería correr el riesgo, él no entendía la negativa de Angelina, en su familia todos querían conocerla pero ella seguía negándose. Ellos estaban enamorados pero las cosas no podían sostenerse debido al comportamiento de Angelina, quien nunca imaginó que su novio le hiciera una encerrona. Habían quedado de juntarse a tomar el té después de un concierto. Ella llegó unos minutos más tarde, al ver que su novio conversaba con una pareja muy sencilla, en la misma mesa, quiso retroceder, pero Rudolf no la dejó, presentándole a sus padres, que la recibieron con los brazos abiertos, su hijo la amaba y era lo que importaba.

Esta historia tiene un final felíz, asi fue como Angelina venció el racismo. Con Rudolf ya convertido en su esposo, fueron a Chile, que ya no era el mismo país, había tanto extranjero, de todos colores, que ya nadie se fijaba en el color de piel de nadie. Sus conciertos fueron recibidos con grande aplausos y desde entonces ellos viven entre Chile y Alemania, en donde están sus familias. Angelina nunca perdió su bella sonrisa!




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