Comentario de cine: EL SEDUCTOR (The Beguiled)

Actores principales: Colin Farrell; Nicole Kidman; Kirsten Dunst; Elle Fanning.

Guión y dirección: Sofia Coppola.

Año: 2017.

Basada en la novela gótica de Thomas Cullinan “The Beguiled”,1966.

Esta película es mucho más que una adaptación de la original, año 1971, protagonizada por Clint Eastwood y dirigida por Don Siegel, ya que la mirada de Coppola se enfoca desde la perspectiva femenina.

La historia comienza con una niña corriendo por un bosque, buscando setas para la cena, que se encuentra con un soldado herido recostado en un árbol pidiendo auxilio.

Ambientada en el Sur de Norteamérica, año 1864, durante la Guerra de Secesión, la pequeña niña desconoce que su compasión pueda derivar en una intensa trama psicológica, en el internado para señoritas de donde proviene y a donde lleva, solidariamente, al soldado confederado para sanar sus heridas.

En esa mansión sureña, cuya placa en su entrada dice “Seminary Farnsworth”,un internado que alberga a siete mujeres, una matriarca, miss Martha ( Nicole Kidman), una maestra, Edwina( Kirsten Dunst) y cinco jóvenes estudiantes, destacando Alicia, la mayor de ellas, interpretada por Elle Fanning.

Miss Farnsworth acoge al soldado enemigo como un deber cristiano que debe cumplir, para entregarlo, cuando se mejore, a las tropas del Sur.

La estructura del internado es vertical, siendo su dueña, Martha, la encargada de tomar las decisiones finales, Edwina, la maestra que obedece y las niñas que obedecen a ambas, como su directora y profesora, respectivamente. Los roles están muy definidos y nadie osaría rebelarse.

En este contexto, la llegada de un hombre joven, apuesto, el soldado del Norte enemigo, John McBurney (Colin Farrell) quiebra y tensa el ambiente, de modo paulatino, lento hasta desembocar en un final de antología.

Cada una de ellas, con sus propias personalidades intenta entablar una relación con el soldado, el cual con su amabilidad y cortesía trata de complacerlas a todas en la medida de los deseos de cada una, desde una simple conversación con las pequeñas, hasta una latente tensión amorosa- sexual con las adultas. La matriarca, Martha, vislumbra esa competencia femenina, aparentemente oculta, lo cual la lleva a tomar decisiones cruciales.

Destaco la música, vestuario, ambientación general como notables, pero especialmente me fascinó la fotografía lúgubre, barroca, en algunos momentos tan oscura como una pintura de Rembrandt o tan luminosa como un cuadro de Monet.

El maravilloso bosque que rodea la mansión estilo griega, parece ser un mudo observador de esta intrigante trama.

Esta película, donde reina implícitamente la ambigüedad, podría definirse como romántica, como un thriller psicológico o como una película feminista. Esa ambigüedad es lo que la hace tan interesante a los ojos del espectador, tanto así que Sofia Coppola ganó el premio del Festival de Cannes a la mejor dirección.

Una película para reflexionar acerca de lo femenino y lo masculino desde una óptica típica de Sofia Coppola, gran directora, a quien personalmente admiro, por la sensible y particular interpretación de personas impredecibles en lugares de una transparente ambigüedad, como lo expresó en esa preciosa película titulada “Perdidos en Tokio”.