FELICIDADES AL MAESTRO ROBERTO FABELO EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS, 28 DE ENERO, ANIVERSARIO TAMBIÉN DEL 169 NATALICIO DE NUESTRO APÓSTOL JOSÉ MARTÍ.
¡HONRAR, HONRA!
Guión del programa Signos de la Tv Cubana, 2014. Texto publicado en el Periódico Digital Por Esto! México. Enero, 2018.
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El cuerpo humano es el más perfecto capricho de la creación de Dios, o de la evolución de las especies; da igual, “nada” supera dicha perfección. El arte, sin embargo, es el único que puede competir con los caprichos anatómicos y Roberto Fabelo, es uno de esos seres humanos especiales que conoce de ellos, pues desde niño fabula metáforas anatómicas; primero: con cera, barro, en hojas; después: sobre cartulinas, lienzos, cafeteras… en fin, donde las evocaciones poéticas y el dibujo guíen sus manos.
José Roberto Fabelo Pérez, nació el 28 de enero de 1950 en el municipio Guáimaro, provincia Camaguey. Fue el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Oscar, carbonero y cortador de caña; y de Clotilde, mujer humilde, descendiente de campesinos pobres y obreros. A los 7 años la familia viene a vivir a Centro Habana; en 1960 se trasladan a Guáimaro para la reconstrucción de Levisa, donde el padre debía participar; allí permanecen hasta 1963 cuando por problemas de salud de Oscar, tienen que regresar e instalarse definitivamente en la capital. Al ingresar en la secundaria Fabelo conoce al novio de una compañera de clases (Raimundo Orozco) y algunos amigos suyos (Rafael Paneca y Eduardo Roca (Choco)), quienes estudiaban en la Escuela de Cabanacán; posteriormente logra hacer las pruebas y matricular en la ENA en 1972; al terminar los estudios en el 76, cumple el servicio social en Matanzas, y comienza en el curso para trabajadores en el Instituto Superior de Arte, donde se gradúa en 1981 en las especialidades de pintura y grabado.
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Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (AIAP), Roberto Fabelo Pérez ha realizado más de un centenar de exposiciones colectivas y personales. Múltiples son los premios, distinciones y medallas alcanzados en más de 40 años de vida profesional; entre ellos: en 1978 Premio adquisición en la Tercera Trienal de Arte Contemporáneo, Nueva Delhi, India y Primer premio de dibujo, Salón Nacional Juvenil de Artes Plásticas, La Habana, Cuba; en el 84 Premio, IX Exposición de Dibujo en Rijeka, Yugoslavia, Premio de dibujo, Intergraphik’84, Berlín, RDA y Premio en Dibujo en la Primera Bienal de La Habana. En 1989 Primer premio de ilustración y segundo premio en cubierta por Los chichiricú del charco de la jícara, VII Concurso Nacional El Arte del Libro, La Habana, Cuba y en el 93 Primer premio, XI Bienal Internacional de Dibujo, Cleveland, Gran Bretaña. Además le han sido conferidas la Medalla Abel Santamaría y Alejo Carpentier y la Orden Juan Marinello, entregadas por el Consejo de Estado de la República de Cuba, la Distinción por la Cultura Nacional, del Ministerio de Cultura de Cuba y en el 2004 se le confiere el Premio Nacional de Artes Plásticas.
La obra de Fabelo es un contrapunteo entre lo ontológico y lo objetual; guiada por el símbolo como leviv motiv pasional. El universo figurativo es el ardid de la metáfora, unido al ácido humor y la galería de personajes que lo identifican. Dueño de un dibujo controlado y una línea perspicaz Roberto Fabelo es un expresionista, de aliento surrealista, cuyo icono más representativo es la cabeza, -generalmente- de féminas. Apasionada, inquietante, como salida de un mundo irreal es la poética fabeliana; el claroscuro acentúa la estética grotesca y los motivos eróticos. Los seres antropomorfos y mitológicos que salen de las cabezas representan el “yo” interior de esa persona; por eso no luchan ni cuestionan la condición humana, simplemente están “ahí” a la luz; desbordados, mostrando su verdadera esencia, -a menudo- siempre con alas.
Roberto Fabelo es un artista caracterizado por los giros temáticos y técnicos; aunque el corpus estructural de su obra -casi- nunca varía, o sea: el dibujo y el retrato. Con el rediseño de objetos cotidianos ha impreso contemporaneidad a su quehacer artístico; a través de cafeteras, platos, utensilios domésticos, huesos… revela gestos y conductas sociológicas; la esencia existencialista del hombre en los procesos y relaciones, sociales y políticas. A partir de la vivencia de la existencia ontológica Fabelo reinterpretó y expuso el universo kafkiano, consiente del estado de lucha y sufrimiento del hombre en sí; fueron las cucarachas expuestas en la entrada del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, durante la X Bienal de La Habana. El Gregorio Sampsa que todos somos y llevamos dentro, tomó valor a partir del objeto escultórico e instalativo; la impronta axiológica fue abordada filantrópicamente al establecer el artista una analogía entre el hombre y la cucaracha, pues este insecto es un gran guerrero sobreviviente de todas las batallas.
Cuando la cepa es buena y la tierra fértil, la siembra siempre prospera, y al parecer aun cuando no fue un propósito predeterminado la creación halló terreno propicio en los temperamentos de Roberto Camilo y Gabriel Fabelo Hung. Con poéticas y filiaciones estéticas diversas y muy propias, cada uno ha iniciado en este complejo camino del arte. Roberto Camilo, el mayor, es graduado del Instituto Superior de Arte (ISA), ya ha integrado algunas muestras colectivas, con piezas que apuntan a lo conceptual y con preminencia del lenguaje escultórico e instalativo. Por su parte, Gabriel, graduado de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, se siente también más motivado por el dibujo y la pintura en la que ha experimentado, principalmente en la estética del pop. Aunque sus carreras artísticas recién comienzan parece ser que una vez más se cumplirá el refrán: “de casta le viene la pita al gago”, y a juzgar por los resultados al menos por el esfuerzo de los muchachos… no quedará.
Al hablar de Roberto Fabelo Pérez no se puede obviar, al exquisito ilustrador que es; como dibujante despliega toda la técnica y une su sensibilidad con la magia de la literatura. Descriptivas, anecdóticas, gráficas son sus ilustraciones, donde el sello personal atrapa al espectador por la espiritualidad de la imagen. En este campo Fabelo ha tenido un gran reto, pues no solo ha ilustrado para adultos sino para el más difícil, exquisito y respetado de todos los públicos: los niños; Pinocho, sin dudas es una joya para tener como libro de cabecera. Y como autor Gabriel García Márquez lo sedujo con su realismo mágico, La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada y Cien años de soledad evidencian que la obra de ambos vibra con la misma energía y misticismo.
Anatomía de Fabelo, fue el título de la muestra personal que culminó en el mes de septiembre de 2014, después de dos meses de exhibición, en el Museo de Arte Latinoamericano (Molaa), ubicado en Long Beach, California, Estados Unidos. Dibujos y pinturas realizados en diferentes soportes; nacidos a partir del libro de Leo Testuf, “Tratado de Anatomía”. Nuevamente Fabelo utilizó como pretexto el soporte para desplegar su universo visual. La exposición en su doble condición narratológica trajo consigo dos historias paralelas como vasos comunicantes, o sea, las plumillas en las hojas de un libro usado y la pintura en telas de seda bordada; reinterpretaron una historia ya escrita, cuyo hilo conductor son los “vicios” de este creador: el dibujo - el cuerpo humano y su anatomía. Adentrarse en la exposición Anatomía de Fabelo es caminar también sobre la magia de Macondo, y saber que suena “como un cañón” hasta los huesos cuando terminas de ver la muestra.
José Roberto Fabelo Pérez es un insaciable creador, desde su hondura humana mira al mundo con la complacencia del éxito que banaliza los espíritus sino con la certeza y el orgullo de haber logrado su camino a fuerza de empeño, sobre todo… con mucho trabajo.
