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DESDE MI JUNGLA: 82 AÑOS DESPUÉS

  • Writer: entre parentesis
    entre parentesis
  • 2 days ago
  • 3 min read

Cuando se nace en una Isla no sólo se lleva un rompiente de mar entre las venas, cuando se nace en una Isla del Caribe, se lleva además… lo real maravilloso y el ajiaco transcultural como líquido amniótico. Wifredo Lam descodificó de manera universal el misticismo de su origen. 82 años después cuando llevamos los cubanos una Jungla dentro y estamos sobreviviendo dentro de otra “Jungla”, recurro al arte para salvar y proteger no solo mi cultura sino también mis pasos sobre esta tierra.


En el 2025 se cumplieron 123 años del natalicio y 43 del fallecimiento del más universal de todos los artistas de las artes plásticas nacidos en Cuba; específicamente en Sagua la Grande nació: Wifredo Óscar de la Concepción Lam y Castilla (1902-1982) o sencillamente Wifredo Lam. Y este año arribamos a los 82 años de que se exhibiera una de sus obras cumbre iniciada a finales del 1942 (diciembre) luego de su regreso a la Isla en 1941: La Jungla (terminada en1943, aparentemente pintada en 20 días). Expuesta en la Galería Pierre Matisse, de Nueva York. “La obra causa gran escándalo y Lam rechaza su participación en una exposición oficial de arte cubano que se presentaba al mismo tiempo en el Museo de Arte Moderno de esa ciudad”.


«Mientras lo pintaba (el cuadro La jungla), tenía las puertas y ventanas del taller abiertas. Al pasar, la gente lo veía y gritaba: no miréis dentro, es el diablo. Y tenían razón. Uno de mis amigos ha descubierto en la obra un espíritu parecido a cierta representación medieval del diablo. Sea como sea, el título no hace referencia a las características paisajísticas de Cuba, donde no existe jungla, sino bosque, monte y manigual; en el fondo del cuadro aparece una plantación de caña de azúcar. Mi pintura debería transmitir un estado psíquico.» Diría el artista.


Sus transmutaciones caribeñas mezcladas con el cubismo y el surrealismo, crearon un estilo propio; donde las perspectivas variadas −en un mismo plano de los objetos− eliminaron la sensación de profundidad de la obra. Las figuras frontales, hieráticas, de colores rectos y pinceladas sueltas nos atrapan con su geometría y fuerza, con la uniformidad de la línea que desproporciona el cuerpo humano con un carácter expresivo. Seductora e intensa, como salida del subconsciente es la obra de Lam. Además: onírica, esotérica con pinceladas abstractas y simbólicas que marcan la naturaleza, ya sea detrás de una silla, en un jungla, en las formas vegetales, en un altar con ofrendas o una cena están la caña de azúcar, los bejucos, las hojas de maíz, de plátano, de tabaco, en fin… nuestro caribe todo. 

Amigo de Pablo Picasso y de los pintores y poetas surrealistas W.L. fue un hombre de mundo, mundo que pudo ver, sentir y luego llevar a su obra con todos sus matices y dolores; como el dolor de perder a su primera esposa e hijo víctimas de la tuberculosis y el dolor de la guerra civil contra Franco, donde participó.


Fue Lam un artista único en la historiografía del arte cubano. Su herencia transcultural (hijo de un chino cantonés y de una mulata nacida de un español y una esclava congoleña) no fue lugar común en su vasta creación como pintor, dibujante, escultor, ceramista, ilustrador y grabador. Con un estilo híbrido poblado de seres polimorfos, de cubanía y caribe; plantó banderas a partir de su herencia mestiza e itinerante vida.


A 82 años de ser expuesta su obra de madurez artística, decimos que esa jungla no sólo fue y es la de Lam, no sólo es la que mira al mundo desde una de las salas del MOMA. Es La Jungla de todos los cubanos, porque cada quien lleva su Jungla dentro; ya sea la de la ciudad, la de la Sierra del Rosario, el monte de las cuevas de Juanelo en Güira de Melena o un cañaveral de Sagua la Grande.



 
 
 

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