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La libertad de Eros y Tesla


Este texto fue el guión del programa Signos transmitido por el Canal Educativo 2 de la Televisión Cubana en agosto del 2014.


Nunca ha tenido un barco pero sabe nadar y encontrar el norte por las estrellas; Osneldo es de los que muere y renace en cada movimiento; de los que dice “hasta luego” y no adiós. Su mundo hay que aceptarlo tal cual es, y el que no entienda, puede salir por la puerta o la ventana de la cocina. Es un piloto de Fórmula 1, en el recorrido de la vida. Un hombre acostumbrado a la máxima velocidad y ha sorprendernos. Basta con mirar el Austin Healy y… ¡pobre del que no haga y voltee la cabeza! Al final… atrás está dejando, el mundo de Eros y Tesla; y la libertad de los sueños.

Osneldo García Díaz nació en Mayajigua, Santi Spíritus, -realmente- el 10 de noviembre de 1931. Hijo de Eustaquia y Juan, un emigrante de origen canario que llegó a Cuba con solo 16 años; y devino en comerciante y carretero, además de artesano, al trabajar el cuero y la madera. Habilidad manual que sin dudas, heredó el quinto de sus diez hijos. Desde niño Osneldo fue apresado por las formas, de ahí que siempre andaba buscando entre las piedras, aquellas que se asimilaran a animales u otros objetos. A los 11 años ya era capaz de ganar su propio sustento, y ayudar a la economía familiar. Con boniato confecciona los primeros animales, y de la corteza del jobo, las pequeñas esculturas que vendía a los huéspedes del balneario de Mayajigua.


En 1947 conoce un viajante de Ciego de Ávila, quien a través de la asociación de viajantes lo trae a La Habana, con el objetivo de que matriculara en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro; al no conseguirlo, el joven Osneldo regresa a su pueblo pero… perseverante y cabizi-duro como es, regresa a la capital, y en 1955 se gradúa en San Alejandro. Entre sus maestros estuvo Juan José Sicre.



Con solo 22 años, en 1953 Osneldo García es apresado junto con varios compañeros, por tomar la Academia de San Alejandro y hacer reclamas estudiantiles. Al siguiente año ejecuta importantes y diferentes trabajos en madera y mármol de carrara. Realiza el busto de Domingo Rosillo del Toro, quien fuera el primer piloto en volar de Cayo Hueso a La Habana, y con su nombre quedaría inaugurado el hoy: aeropuerto internacional José Martí. También en una sola pieza de caoba esculpe, la imagen de la virgen de Fátima, que aún se encuentra en la iglesia de Charco Redondo, en Bayamo. Talla además en estos años una réplica de la Virgen del Cobre, laminada en oro y plata, que tras el Triunfo de la Revolución es llevada a San Juan, en Argentina, donde permanece.


Miembro de Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos, Osneldo García Díaz, realiza en 1962 estudios de postgrado en el Instituto Superior de Arte de Arte de Hale, Alemania, por dos años. A pesar de que ya había expuesto en la propia Alemania; Checoslovaquia; Polonia; en Bellas Artes; en la Galería 3 + 2 en París, Francia; y de haber participado en algunas Bienales en el 61: como la de México y la VI Bienal de Sao Paulo en Brasil; no es hasta 1968 que tras la muestra personal exhibida en Galería Habana que la obra de Osneldo García, impacta en la crítica y público cubano por la libertad y novedad -en la Isla- de la muestra. Con una poética personal y un sello de humor; estas primeras piezas hacen énfasis en el erotismo, al abordar de forma onírica, con total desenfado, el libre albedrío y equilibrio del sexo. Al igual de Ñica Eiriz con sus ensamblajes y Umberto Peña, en la pintura y el grabado; las esculturas de Osneldo resultaron un “bombazo” en esos años.


El enunciado estético-temático de en su obra parte de la unificación que logra entre los materiales: hierro, chatarra, plástico…, donde los rasgos tropológicos sexuales, se unen en total armonía, entre volúmenes y la incorporación de elementos mecánicos. Del físico, ingeniero e inventor austrohúngaro Nikola Tesla, toma uno de sus descubrimientos: el motor eléctrico, y lo combina con la escultura. La sensualidad de las piezas, dispone que sean vistas sin mojigatería y falsas morales pudoristas. Pues el sexo, es una acción común plena y disfrutable -excepto en algunas culturas- sin importar edad ni orientación sexual. El cientismo es un factor determinante, que define y diferencia la obra de Osneldo García en la plástica cubana. El movimiento que da a la obra, hace que obtenga el morbo y el caos de la unión de los cuerpos. Sabe como provocar al espectador; al ir de la representación de vulvas arácnidas hasta los falos ensamblados que penetran.

Al hablar del escultor Osneldo García Díaz hay que hablar del maestro durante 25 años en la enseñanza artística; razón por la cual le fue entregada la Medalla a los 50 profesores más importantes de Cuba. Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional; la Medalla Raúl Gómez García y el Premio Nacional de Artes Plásticas en el 2002; pero también hay que hablar de su labor revolucionaria como miembro del Movimiento 26 de Julio, entre 1956 y 1958. Del organizador de una guerrilla que tomó el Central Nela; del capitán Osneldo dirigente y combatiente del ejercito rebelde que se unió a las tropas del Comandante Camilo Cienfuegos; y participó en los combates de Yaguajay, Zulueta y Meneses.

Importante en lo particular resultan las esculturas cinéticas ambientales de Osneldo García, caracterizadas por ser objetos estructurales-sociales- perceptivos, que no escapan del iris de ningún espectador. Los movimientos virtuales diseñados como fenómenos sociales, dependen del espacio de emplazamiento. Comprometido y consciente, sabe que este tipo de obra ayuda a transformar y rediseñar la realidad cultural, no como un espectáculo de mercadotecnia, sino como espectáculos ideológicos e identitario. A partir de una base rígida combina (según la pieza), verticalidad, hieratismo, recursos eólicos con íconos, tela, hierro, aluminio…, para mover en el inconsciente de grandes y chicos el placer por el gusto estético. En 1979 quedó inaugurada la escultura monumental cinética del Teatro


Nacional, un año después cuelga del techo a la entrada del edificio del Palacio de los Pioneros el “Zun – Zun”. En el 2003 participa en la creación de la inmensa galería al aire libre que se encuentra en la Universidad de Ciencias Informáticas. “A corazón abierto”, es el nombre de la pieza con la que rinde homenaje a la labor humanista de los médicos internacionalistas cubanos.


La amistad es crisol de vida, a decir del Apóstol Nacional José Martí. Cada quien tiene su propio abrevadero para que solamente los dinosaurios elegidos, en el plano terrenal y personal, puedan beber de él; y Osneldo es fiel predicador del pensamiento martiano. Desde febrero de 1967 vive en una casita de Santa Fe, donde llega ese olor a mar que hipnotiza y adormece; junto al susurro del viento y el maullido de los gatos. Muchos amigos -insustituibles- han entrado y salido en su vida; algunos han viajado a otra dimensión y desde ahí, continúan riendo a su lado, y cuidándolo de los golpes tan fuertes de la vida.


Durante años fue su casa “cuartel general” de grandes artistas, por los que la patria se tiene que sentir orgullosa, al tenerlos como hijos: Antonia (Ñica)Eiriz; Jorge Ramón Cuevas; Umberto Peña; Ana Mendietta; César Massola; Julio Girona; Ever Fonseca; Reinaldo González; Bossa y… tantos otros que hicieron de la casa de Osneldo y Hannelore García -su esposa alemana durante 25 años-, la casa de todos. Sólo Dios sabe cuántas ideas para grandes proyectos, nacieron de las reuniones, los almuerzos, los juegos de disfraces…, entre los anfitriones y sus amigos.

En Santa Fe están para siempre las palabras y risas, alguna que otra lágrima, y discusión, de esos hombres y mujeres por los que vibra la cultura de la nación cubana.



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