Mederox: Quijote de verso y pincel

En un lugar de charangas, y cuyo nombre simplemente es Bejucal, no ha mucho tiempo vino el tren a Cuba, y con el un hidalgo caballero de versos y pincel. Andarín y aventurero es José Manuel Mederos Sigler (Mederox); quijote que fabula rutas con las aspas del molino que desde niño creó para peinar su propia historia.

Nacido el 18 de abril de 1949 en Bejucal, provincia Mayabeque; Mederox fue el menor de seis hermanos. De Daniel -el padre- aprendió entre otros oficios a ser "un busca vidas" y espiritista; mientras que Leocias -la madre- fue desde su mirada: "la mejor ama de casa del mundo". El joven Mederox siempre se sintió atraído por la creación artística, es en la adolescencia cuando comienza a escribir sus primeros poemas. A los treinta y cuatro años (en 1983) luego de sufrir una peritonitis -en la etapa de convalecencia- gira su mundo artístico hacia las artes plásticas.

Una rica imaginación con una línea segura poblada de asombros y travesuras recorre la obra plástica de José Mederos Sigler. Ilusionista terrenal y telúrico es este artista que tiene en la figura humana el centro de la composición. Si bien los paisajes, la flora y los entornos no existen en su obra así como los fondos blancos; sí, los animales simbióticos y una síntesis narratológica cuya base es un barroquismo criollo. Los elefantes con su simbolismo, inteligencia y poder real caracterizan la fuerza de dibujos y pinturas.

Las asociaciones entre el mundo real y el espiritual -donde creció y cree- conforman la unidad y la vía de comunicación. Lejos de estereotipos transculturales construye su propia línea discursiva, donde los egguns se cruzan de manera ascendente entre el espiritismo, el catolicismo y la pintura. De esta unión nace una iconografía simbólica muy bejucaleña; y las asimilaciones de firmas entre el palo monte, la santería, la religión abakúa y los tambores de Bejucal.

A pesar de tener más de treinta exposiciones personales y cerca de cincuenta muestras colectivas a lo largo de su carrera e importantes premios y menciones, José Mederos no gusta de los reconocimientos. Entre 1987 y 1991 fue Gran Premio del Salón Provincial Eduardo Abela de San Antonio de los Baños. En el 92 obtiene Primer Premio en el Salón Nacional de la UNEAC en el Museo Nacional de Bellas Artes. y en el 97 Premio de Arte Calle, en Alicante, Valencia, España. Mederox es miembro de la UNEAC desde 1989, pertenece al Centro de Estudios Cubanos en New York, dirigido por Sandra Lewison y a la Fundación Inspirarte en Valencia, España desde el año 2007; siendo hasta el presente el único artista no europeo de la institución. Integró la primera exposición "Maferefún Cuba" en New York junto a otros (re)conocidos creadores como Manuel Mendive, René Peña; Eduardo Garaicoa, Zaida del Río, etc. Obras suyas se encuentran en diferentes colecciones como el Museo de papel de la ciudad de Alicante, España, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno y la Universidad Politécnica de Valencia.

En 1989 buscando un espacio para poder pintar tranquilo llegó José Mederos Sigler a Batabanó. Allí no solo encontró lo que buscaba; entre las redes de una mujer a la que conocía desde antes quedó atrapado. De un hombre mirando lomas, pasó a ser un hombre mirando al mar y a su maga. Maritza Garro Amaro, esposa-amiga y nombrada La Maga nació el 10 de marzo de 1957 en Batabanó. Poeta y fundadora del Movimiento de Talleres Literarios, fue varias veces premio provincial en los encuentros de Talleres Literarios, de la entonces provincia Habana, Premio Mangle Rojo en la Isla de la Juventud, Premio Poesía Ilustrada. Poemas suyos han sido publicados en varias revistas nacionales como Habáname, y España y México. Actualmente trabaja como artesana independiente.

Para Mederox La Maga es -musa y castigo del diablo-, brocal por donde corre su presente y futuro.

El año 2014 le trajo dos importantes exposiciones: Identidades, muestra colectiva de intercambio de artes visuales entre Tabasco, México y Cuba; y Mederox, entre 1987 y 2013, en la Sala José Ramón García Antón, de la estación Colón, en Lametro Valencia, España.

Identidades fue vista en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Siete artistas cubanos, bejucaleños todos y cinco tabasqueños tocaron temas tan universales como el amor, la soledad, los recuerdos..., temas globales y de siempre. Temas personales que al pasar por el filtro del yo ahora se convirtieron en huellas identitarias de cualquier humano, en cualquier lugar del mundo. Posteriormente Identidades fue expuesta en la Sala Thalia de la Universidad de La Habana, como parte del proyecto de intercambio entre ambos países.

Por su parte la exposición personal Mederox, fue un panorama casi retrospectivo en la galería soterrada de Lametro en Valencia. Casi treinta años de un creador de continua exploración en la búsqueda de los materiales de trabajo: cera, cartón de techo, lienzo, plástico, arena, tierra...; fueron expuestos El humor, la crítica, las asociaciones; símbolos y sueños, todos juntos y presentes en una muestra de más de sesenta dibujos y pinturas de pequeño formato.

El 18 de diciembre del 2016 tuvo lugar otra especie de retrospectiva de Mederox Sigler en el Centro de Arte del municipio Cárdenas, estado de Tabasco en México; junto al fotógrafo Felipe Rouco Llompart.

Al hablar del José Manuel Mederos Sigler (Mederox) pintor, hay que hablar ante todo y sobre todo del Mederox poeta con cuatro libros publicados: No soy John Lennon (1993); Imágenes como en un film (España, 1994); 69 poemas (Valencia, España, 1998) y Tatuajes (2014). Sus poemas aparecen además en las antologías: El libro de enero; Donde su corazón (ambas en 1989); Surtidor (1997); Razones suficientes (2006) y 7 veces Cuba (Tabasco, México, 2016). Su obra ilustra la antología: "Una fiesta innombrable. Las mejores poesías cubanas hasta 1960", según Lezama Lima.

1 De Bejucal son: Luis Ramón Pérez Fiandor, Alain Martínez Negrín, Idalmis Prieto Valdés, Felipe Rouco Llompart, Jorge Félix Chapman, Guzmán y Juan José Pérez Marrero; y de Tabasco: Perla Estrada, Niger Madrigal, Juan de Jesús López, Miguel Capellini y Marcio López.

Nada mejor que sus propios versos para definirlo:

"Soy una piedra a la que alguien baño

con ron, le echó humo de tabaco y

enterró veintiún días bajo una ceiba.

Ya no puedo escapar de mi loma, de mi

calle número 3, de mi pequeña casa

donde el agua llega una vez cada dos días".